Presidente de Industrias Lácteas Asturianas

Una tentativa admirable

El buen gusto de Antonio Gamoneda y Joaquín Pixán en su cancionero asturiano para el siglo XXI

Hacer pronósticos en materia de arte es siempre un compromiso. Pero, como no me tengo por extraterrestre, tengo la convicción de que el trabajo que nos ofrecen Joaquín Pixán y el poeta Antonio Gamoneda va a gustar mucho en Asturias y fuera de ella. ¿Razones? Sencillamente, porque es una obra con predominio del buen gusto, además de otros valores llamémosles técnicos, a los que no escapa la música cuando es en puridad música, ya sea clásica, ligera, popular o sacra.

En efecto, el buen gusto comienza ya en la carátula del disco, donde reza un "tentativa de un cancionero asturiano para el siglo XXI", que pone de relieve un aire de humildad de los autores que contrasta con la abundante prepotencia característica del mundo actual, donde se pretende en muchas casos hacer pasar por música lo que no es sino buena voluntad sonora, y con la que se busca además conquistar a un mundo juvenil al que le gustan muchas de las cosas que se le ofrecen, por la buena razón de que no se le suelen ofrecer otras.

Se trata, en efecto, de una tentativa. Pero de una tentativa admirable. Por las siguientes razones:

-Porque las canciones están muy bien escritas, incluso aquellas cuyo aggiornamento ha consistido en simples retoques que permiten el traslado a las regiones desbastadas que por fortuna todavía existen.

-Porque la letra es musical, esto es, huye de palabras "incantables", que sin embargo existen en la literatura no pensada para expresarse en forma de canción -razón, por cierto, por la cual el llamado lied actual, sobre idioma español, debería ser muy cuidadoso en este punto-.

-Porque Joaquín Pixán se nos revela como compositor y como músico capaz de empastar esa flauta indomable que es la gaita y las cuatro cuerdas del violonchelo, o el fagot y el piano, en un camino del cielo por el que nun pasa naide que resulta de una belleza enorme.

-Porque es un trabajo que respeta la tradición a la vez que rehabilita la tonada, dentro de la más rabiosa asturianía.

-Porque consigue que quien esto escribe recobre el respeto musical por el acordeón.

-Porque las canciones -todas las canciones- son de un rigor estético indiscutible. Al punto que compositor, escritor e intérpretes, merecen el reconocimiento de una Asturias que, por ser tierra que canta, necesita más que nunca que en ella reverdezcan las más nobles emociones: las que imprimen nuestro carácter y las que contribuyen, desde luego, a que los asturianos seamos respetados en el mundo donde se nos conoce.

Así es que gracias a Antonio Gamoneda por traernos, llena de frescura, su mejor inspiración literaria; gracias a Elena Miró, a María Bernardo, a Delia Rodríguez, a María Álvarez, a Xuaco Amieva, a Vicente Prado, a Maribel Parrondo, y Rosa Caballero, a Óscar Fernández, y a Iñaqui Santienes y Fernando Álvarez, por la excelente interpretación que nos brindan desde sus respectivos instrumentos.

Y a ti, Joaquín, te deseo salud. Salud eterna, para que nos sigas dando que escuchar a quienes te reconocemos valores musicales de primerísima magnitud.

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