Xuan Xosé Sánchez Vicente

El Ayuntamiento menosprecia a los difuntos

La falta de atención municipal en algunos cementerios

Por razones comunes a tantos mortales, paso en ocasiones por el cementerio de El Sucu, en la colina de Ciares. Y aun cuando uno no lo haga, por suerte, agobiado por una pena inmediata no deja de darle pena el estado "urbano" del camposanto, aspectos de sus calles, de sus deambulatorios y servicios. Y eso que en los últimos tiempos la muy ajada cubrición de los culumbarios ha sido remocicada con una mano de cal, y que años atrás, se dio una mano de un verde de un dudoso gusto y color a todas las paredes que enfrentan la zona de El Llano.

Comencemos por decir que no existe ni una sola adecuación en forma de rampa para que puedan acceder al lugar donde están enterrados sus deudos quienes deben usar silla o tienen dificultades graves de movimiento. Que en una ciudad donde tanto se ha hecho a fin de facilitar los tránsitos entre acera y calzada (y, sin embargo, no en un edificio recientemente remozado, como el de Correos) para quienes tienen dificultades de movilidad, no se haya efectuado una sola operación en El Sucu, es realmente extraño.

Los escalones para salvar alturas son en algunos lugares enormemente desiguales y para las personas de edad representan, si no un obstáculo como el Urriellu, sí uno que requiere la necesidad de sumo tiento y esfuerzo, si se va solo, o el solícito brazo del acompañante.

Y las escaladas o paseras que se ponen al servicio de los ciudadanos para que atiendan los nichos superiores son un peligro evidente: viejísimas y sin pintura, sin más apoyo que sus dos bordes, con los pasos estrechísimos, parecen una ocasión tendida para que -teniendo en consideración la edad mayoritaria de los visitantes- aumentan las urgencias en traumatología o la propia residencia en el cementerio.

¿He dicho "los difuntos"? No, a quienes vienen menospreciando los sucesivos ayuntamientos es a los vivos.

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