Amigo, compañero

Más de medio siglo de vivencias compartidas

Acaba de morir mi amigo Andrés Corsino Álvarrez Cortina, Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad de Oviedo, que fue mi compañero de estudios desde el año 1960 en el curso de lo que se llamaba, de aquella, Ingreso.

Fuimos compañeros durante todo el bachiller en el Colegio de los Dominicos de Oviedo, después en la Facultad de Derecho de la calle San Francisco. Fuimos juntos a la Mili.

Montamos juntos nuestro primer despacho de abogados, con Jesús Martínez Barrial, y nuestras compañeras puertorriqueñas Carmen Raquel y Florina García, en la calle Toreno nº 4 de Oviedo.

Antes de eso, en el año 1972 vino conmigo a Londres donde, mientras yo cantaba con Luis Cordovilla en Costa del Sol Restaurant (Fulham Road 222), él pintaba las paredes del Liceo Español de la capital británica, lo que no le impedía venir a cantar con nosotros por la noche, con su buena voz de barítono.

Estuvo de Catedrático en Granada, antes de venir para Oviedo.

Casado con María Ceñal, de una familia muy querida, especialmente entre los asiduos de Luanco, tuvo dos hijos, a los que desde aquí les quiero dar los ánimos que sean posibles.

Tengo que recordar a los que fueron nuestros maestros comunes, como el padre José Luis Valdés, el padre Pedro López, El padre Basilio Cosmen Adelaida, en los dominicos. Posteriormente, ya en la Universidad, don Ignacio de la Concha, Gerardo Turiel, Antonio Beristain, Joaquín Arce. Cuando a don Ignacio le pongo el don es porque no se concebía su nombre sin ese tratamiento, hasta el punto que en una ocasión que en los años ochenta Luis del Olmo entrevistaba a Gregorio Peces Barba, a la sazón Presidente del Congreso de los Diputados, recibió un llamada, de un personaje de voz aflautada, que, cuando Gregorio la oyó, se puso firme y dijo: "¡Hola D. Ignacio!"

En fin, familia de mi querido amigo, recibid un fuerte abrazo.

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