Desde pequeños, nuestros padres nos educan y nos inculcan valores que nos hacen crecer como personas y forjar nuestro futuro de la mejor forma posible. Y es que cada uno lucha por alcanzar aquello con lo que sueña ser feliz.
Pasamos gran cantidad de horas trabajando delante de un ordenador o estudiando para un examen de Física, por ejemplo, y, sin embargo, no nos paramos a pensar en la poca importancia que damos a las personas y a las pequeñas cosas con las que realmente somos felices y disfrutamos.
Es ley de vida vivir cada momento como si fuera el último, ya que, por desgracia, nada es para siempre y nunca se sabe cuándo puede llegar la hora.
Aprovecha hoy para decirles a tus seres queridos cuánto los aprecias, para tomarte una cerveza con tu mejor amigo en un bar viendo fútbol, para hacer una excursión con tus hijos, escuchar las historias y anécdotas de tu abuelo, tomar un café con los compañeros de trabajo, comer en familia, estar con tu pareja o simplemente darles un abrazo a las personas que quieres. Pero, ante todo, disfrútalo al máximo y sé feliz.
