La Sanidad asturiana está de relativa enhorabuena. La Consejería revela por fin el número real de la espera quirúrgica -de consultas y pruebas, todavía no-. Esto no sucede de forma espontánea, sino tras meses denunciando desde Podemos que el Gobierno de Javier Fernández ocultaba la lista "no estructural" de cirugías, incumpliendo la legislación estatal. Ya se podía aventurar desde el inicio de la comisión de investigación, cuando las jefaturas de servicio aportaron con su documentación parte de las piezas del puzzle que faltaban. Ahora se confirma que estábamos tras la pista correcta Sale a la luz la cifra de 2.963 pacientes que el Sespa ocultaba en su cajón de doble fondo. Ni más ni menos que el 14% de las 20.881 personas que esperan una intervención. De éstas, 1.773 se encuentran en lo que llamamos "lista negra", que es la compuesta por quienes rechazan su derivación a un centro alternativo, ofrecida mediante llamada telefónica. Dicho esto, es importante recalcar que hasta aquí hablamos sólo de la lista quirúrgica. Del número de pacientes "fantasma" por encima de los 71.285 y 28.371 oficiales que figuran para consultas y pruebas diagnósticas, respectivamente, seguimos sin saber nada.
¿Tan importante es la transparencia? Rotundamente sí, porque, si la lista no estructural no se publica, el Gobierno puede utilizar el teléfono como arma de desaparición masiva.
¿Cómo? Muy sencillo. Sanidad parte del hecho de que mucha gente rechaza la oferta de derivación por los posibles contratiempos asistenciales y de soporte familiar, lo cual es perfectamente legítimo. Sabiendo esto, basta realizar cientos de llamadas para convertir la espera en "no estructural" que, al no constar en el portal de transparencia, da apariencia de mejora.
Así es, la principal estrategia de esta Consejería para abordar la listas de espera consistió en llamar por teléfono.
Como pudimos saber recientemente, la "lista negra" se duplicó holgadamente en dos años, pasando de 768 pacientes en junio de 2015 a los 1773 actuales. Política de "ojos que no ven, gestores que se desentienden". Ni reforzaron plantillas ni vigilaron el despilfarro millonario en prótesis y medicamentos. Antes, a la Federación Socialista Asturiana (FSA) le salía gratis hacer trampas; ahora, con las cartas encima de la mesa, el juego va a ser distinto, van a tener que esmerarse.
Pero si la falta de transparencia ya es grave, el problema añadido para cada paciente en "lista negra", es aún peor. No sólo quedan fuera del cómputo, sino que además se les marca y posterga de cara a la programación de quirófano. A algunas personas se les advierte en la llamada, otras se enteran al reclamar en citaciones o a su especialista. Todo ello sin amparo legal, pues aunque es cierto que al rechazar determinadas derivaciones se pierde la oportunidad de reclamar, esto no implica en ningún caso que se pierda la prioridad. Es completamente injusto que una inesperada e intempestiva llamada telefónica tenga como consecuencia la pérdida del puesto en las listas. Y lo más bochornoso, sin duda, es que insistan en negarlo, cuando los testimonios de personas afectadas copan las redes y los periódicos.
Por eso, señor Consejero, se lo repetimos: deje de gastar bromas pesadas, que los teléfonos a los que llama son de pacientes, no del enemigo.
¡Ah! y también podría sacar de la chistera los datos ocultos de consultas y pruebas diagnósticas; eso sería jugar de manera limpia y honesta. En definitiva, ya no le vale mentir de forma infantil o seguir negando lo evidente. Colabore y déjese ayudar, sea inteligente. "De guah.es" es lo primero que se aprende.
