Sirva esta carta para alertar a todas las personas que van al HUCA de los hurtos que a diario se comenten en las instalaciones del hospital, en la cafetería y en las habitaciones, que es de donde desaparecieron la de mi hija, ingresada en la planta de oncología, y la mía, que cada día voy a visitarla, cuando salimos a dar un paseo por el pasillo un domingo por la tarde. ¿Cómo es posible que exista "gentuza" capaz de hacer algo así y añadir un disgusto más a las personas que ya sólo con su enfermedad están sufriendo tanto? ¡La crueldad no tiene límites! Que a nadie se le ocurra dejar nada de valor en la habitación!
¡Algo habrá que hacer para frenar a estos delincuentes cobardes y amorales!
Por ejemplo, poner cámaras en lugares estratégicos, como las entradas o los pasillos. Cámaras que no filmen al paciente o al personal mientras trabaja, y que no violen la intimidad, pero que al menos disuadan a los ladrones, o poner cerraduras en los armarios de las habitaciones, para que los pacientes cuando tengan que hacerse pruebas, ir al quirófano o simplemente salir a caminar por el pasillo puedan hacerlo sin la angustia de pensar si tendrán sus cosas cuando vuelvan a la habitación o alguien se las habrá llevado...
Que te roben la cartera es una faena siempre, lleves mucho o poco dinero. Es un trastorno por todo lo que supone: poner la denuncia, cancelar tarjetas, trámites para obtener nueva documentación, etcétera, pero que te la roben en la habitación donde llevas ingresada más de un mes es, sin duda, una canallada de gente malnacida.
