Aunque los plazos de los políticos los carga el diablo, parece que la nueva sede de la Escuela de Arte del Principado estará a punto en septiembre, para el inicio del próximo curso, tal y como prometió ayer el consejero de Educación. Motivo de satisfacción por unas cuantas razones: los alumnos de Conservación y Restauración, ahora en Valliniello, contarán con unas instalaciones de lujo; Avilés se fortalece como referente de este tipo de formación, paliando sus históricas debilidades en la oferta de estudios superiores con respecto a otros grandes concejos asturianos, y los terrenos del entorno del Niemeyer, donde se construye el futuro, dan un paso más en su lenta y necesaria transformación. Además, apostar por las especialidades de corte humanístico, a menudo infravaloradas por una parte de la sociedad, demuestra carácter. Por el momento, todo lo que rodea a este nuevo edificio pinta bien. Que no cambie.
