El 18 de mayo de este año, la Fundación Docomomo Ibérico (Documentación y Conservación de edificios, sitios y barrios del Movimiento Moderno) decidió incluir en su registro, como obras de mayor relevancia de la arquitectura moderna (Nivel A), a un conjunto de obras singulares de Llaranes: la bolera, el economato, los dos colegios (llamados de niños y de niñas), la marquesina del tren y la marquesina del autobús.
Que estas obras de Avilés estén incluidas en el registro Docomomo no es una cuestión menor porque, por un lado, esta fundación tiene carácter internacional; y, por otro lado, lleva más de 25 años estudiando la arquitectura del movimiento moderno y luchando por el reconocimiento, la protección y la conservación de sus obras más singulares y de mayor relevancia; y, por último, porque es una fundación de reconocido prestigio, conocimiento y solvencia, solamente basta mencionar que dentro de su patronato en España se encuentran prácticamente todos los colegios de arquitectos, varias escuelas técnicas de arquitectura y también el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, perteneciente a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Ante esta catalogación de obras arquitectónicas de nuestra ciudad no debemos encontrar impedimentos para los proyectos, ni tampoco dar carpetazo alegando que no es obligatoria la conservación de las mismas. Más bien todo Avilés debe sentirse orgulloso de la valoración que se hace de sus obras singulares y la institución municipal ponerse a reflexionar sobre su protección y conservación.
Ya tenemos el antecedente de la pérdida en nuestra ciudad de la Térmica de Ensidesa. De las obras señaladas, la situación más delicada en la actualidad es la de la marquesina del autobús, pues según el plan de Santa Apolonia, será demolida y realizada una réplica en el centro de una rotonda.
Este Plan fue aprobado en el Pleno municipal, aunque Ganemos Avilés expresó su disconformidad, fundamentalmente, porque creemos que no se pueden seguir haciendo proyectos y planes urbanos de este calibre sin tener aprobado previamente el Plan de Movilidad, o sea, que no se pueden seguir llevando a cabo planes urbanos sin saber qué tipo de ciudad queremos construir.
Alegan que el proyecto está avalado por una consulta que se hizo a los vecinos (cuando se negó la consulta sobre la privatización del agua con el aval de miles de firmas), pero según manifiestan numerosos vecinos, en la consulta realizada se hablaba del traslado de la marquesina y no de su derribo. No es de extrañar que ahora haya un movimiento vecinal contrario a dicho derribo
Creemos que es hora de rectificar, de sentirse orgullosos del reconocimiento de la Fundación Docomomo y de tomar medidas en el asunto. Y también creemos que ningún grupo político en el Ayuntamiento tendría problema (o no debería tenerlo) en reconocer el patrimonio avilesino, protegerlo y conservarlo, y, por tanto en modificar el plan de Santa Apolonia. Seguimos pensando que lo más sensato para el futuro de Avilés es no acometer obras de cierto calibre sin tener previamente el Plan de Movilidad aprobado. Si esto no fuera posible, por no estar dispuesto el equipo de gobierno o algún otro grupo municipal, propondríamos dos medidas:
1) Considerar el planteamiento del Colegio de Arquitectos de, en lugar de derribar la marquesina, hacer un "traslado que permita a los vecinos una utilización de la misma, cumpliendo así la misión para la que fue construida".
2) Como queda demostrado por los expertos de la Fundación Docomomo al catalogar como de "mayor relevancia", las obras arquitectónicas antes mencionadas entran dentro de lo prescrito en el artículo 11 de la Ley 1/2001 de Patrimonio Cultural cuando dice "estructuras arquitectónicas o de ingeniería de interés singular". Por eso, es necesario que el Ayuntamiento incluya estas obras en su catálogo de bienes culturales y haga una petición de que se incoe expediente de declaración de bienes de interés cultural" ante el principado de Asturias.
