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El doble premio de Cortés

El olayista se desplazó a Sevilla por el nacimiento de su hijo Eloy el mismo día en el que logró en Gijón el título nacional de 200 braza

Nadadores y técnicos del Oly, durante el Campeonato de España. C. N. S. O.

El 28 de noviembre será una fecha que ha entrado con letras mayúsculas en la vida del olayista Mario Cortés. El nadador sevillano vivió un día de película. Primero, por la mañana, en torno a las 10.30 horas, se colgaba la medalla de oro en el 200 braza en las piscinas del Santa Olaya. Pero su felicidad, tras lograr su sexto título nacional, no finalizó ahí. Mario Cortés salió de la piscina para recibir las felicitaciones de sus compañeros y conocer a su vez que su tercer hijo -Eloy- ya estaba en camino a 800 kilómetros de distancia, en su Sevilla natal. "Llevaba varios días, incluso semanas detrás del nacimiento de mi hijo, y el mismo día que logré el oro mi mujer no me quiso decir nada de que llevaba desde la 1 de la madrugada en el paritorio, hasta después de conseguir el oro no me enteré. El niño ya venía con la medalla", aseguraba el nadador sobre cómo vivió unas horas de gran importancia en su vida.

Con una intachable sonrisa en su rostro, el andaluz aún tuvo tiempo de tirarse de nuevo al agua para competir en el relevo del 4x50 estilos. Con los billetes en la mano, Cortés abandonó el campeonato para dirigirse al Aeropuerto de Asturias, subirse al avión y poner rumbo a Sevilla, con previa escala en Madrid. En el Adolfo Suárez-Barajas le llegó la noticia. "Estando en Madrid, esperando el enlace para Sevilla, nació el niño, eran las 16.30 horas", recuerda. Cortés no llegó a tiempo para estar junto a su pareja en el momento del parto como le hubiese gustado, pero gracias a la tecnología pudo vivir los momentos de emoción a través del teléfono. "Me enteré del nacimiento a través de una llamada con mi suegra, que estaba en el parto. No lo pude ver, pero escuché todo lo que sucedía, era lo más cercano que podía estar en un momento tan importante como el nacimiento de mi tercer hijo", confesaba el olayista que por fin pudo conocer a su hijo sobre las 19.45 horas, momento en el que pudo llegar al Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla.

Otra de las alternativas que el nadador había tenido en su cabeza era la de cruzar en coche desde Gijón hasta Sevilla, pero su mujer le pidió que lo hiciese en avión para estar más tranquila en el momento del parto y que el nadador viajase con mayor seguridad y tranquilidad. "Estaba algo nervioso, pero lo más importante es que ella estuviese tranquila y el parto fue estupendo, así que todo salió genial", comenta. Saray y Eloy estaban en buenas condiciones, todo salió a la perfección mientras Mario Cortés viajaba con su medalla hacia su tierra para reunirse con su familia. "El día no lo voy a olvidar nunca", sentencia.

Su gran satisfacción estaba centrada en el nacimiento de su hijo Eloy pero, pese a ello, el olayista mantuvo la concentración durante los 2:11.71 minutos que le llevó completar los 200 metros braza que le llevaron hacia el título de España por delante de Joan Ballester (Mediterrani) y de la promesa Hugo González (Canoe). "Tenía que estar concentrado, pero era difícil, había momentos que no sabía ni dónde estaba, pero una vez que estás en el agua hay que calmarse", analiza. Entre brazada y brazada se encaminó hacia el oro. "Es un título que me supo genial, estoy contento por mi, por mi familia y por el club. Creo que el factor campo de nadar en casa influyó, si no hubiese sido por ellos quizás no hubiésemos obtenido este resultado", confiesa Mario Cortés, agradecido a las muestras de cariño de sus compañeros y aficionados. Tanto la medalla como el nacimiento de Eloy "es un empuje para seguir trabajando con fuerza".

Mario Cortés vivió una historia singular cargada de emociones fuertes y con dos finales de felices. Uno en lo deportivo, con un oro colgado de su cuello, y el otro en lo personal, con el nacimiento de su hijo Eloy. El 28 de noviembre de 2.015 quedará marcado de por vida en la memoria del nadador sevillano. No fue un día cualquiera. Fue el gran día de Mario Cortés.

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