El Salón de Teatro Costumbrista de Candás se ha convertido en cita obligada de los aficionados a la artes escénicas, pero no de aquellos que necesitan ir a un teatro a ver una representación de lo que sea para luego contarlo y poner una muesca más en su curriculum de citas ineludibles. Las personas que llenan durante días el patio de butacas del Teatro Prendes lo hacen para divertirse, casi tanto como los que están sobre las tablas noche tras noche. Las compañías de teatro son amateurs, lo que quiere decir que los actores tienen que buscar tiempo entre su trabajo, su familia y su tiempo de ocio para preparar los montajes. Personas que lo único que quieren es recuperar y mantener la tradición del teatro asturiano y lograr que los espectadores pasen un par de horas riéndose en sus butacas, casi nada. Un programa que debería potenciarse y apoyarse aún más desde instituciones y empresas.
