La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Cogollu

Ramón y la escanciadora

A Ramón Reguero le apasiona subir al tren en Oviedo, bajarse en Nava, beber sidra en lo de Angelón con un menú del día. Sólo con eso se considera en la gloria. Aunque cuenta que han cambiado de escanciadora, para él resulta uno de los momentos más placenteros de sus viajes a Asturias. Más de 50 visitas en los últimos veinte años. Ramón Reguero Araya nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero se considera asturiano y le avalan profundas raíces familiares en la patria querida. Este jubilado de Endesa, viudo, de 80 años, es tataranieto de Silvestre Guisasola Rodríguez, primer alcalde de Tapia de Casariego en 1868, y pariente del cardenal Victoriano Guisasola distinguido en Oviedo con una notable avenida. Aunque alejado del "cogollu" astur por nacimiento al llevarle a Gran Canaria el destino judicial de su abuelo, es socio del Tapia, apasionado del Real Oviedo, club al que sigue con más dedicación que a la UD Las Palmas, y se manifiesta como un enamorado de la comarca de la sidra. Reguero reparte su vida entre hijos y nietos canarios y su frecuente paso por Asturias, como ya escucharon el pasado verano sus paisanos tapiegos en el pregón de las fiestas de Carmen.

Ramón Reguero, excelente padre y mejor abuelo, es un hombre feliz. La bondad le rodea, la propaga. Y por si eso fuera ya excesivo, goza de buena salud y mejor memoria. Nos encontramos por el periódico donde colabora con entusiasmo juvenil y nunca falta una palabra de Nava y de su reconfortante gastronomía. Valora el paisaje con una sensibilidad de la que carece el común de las gentes. Muestra un sentimiento de admiración por la cultura de la sidra, por los árboles y las montañas, que demuestra una contemplación apasionada. Aunque en nuestro tiempo se ha perdido el respeto a los viejos, Ramón Reguero ha ejercido el arte de envejecer con todas las consecuencias. Como tantos hombres y mujeres modestos, de la suya y otras generaciones, se merecen, al menos, el íntimo reconocimiento a una vida y a un trabajo. Son cimiento de la sociedad.

Compartir el artículo

stats