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Cronista de Lugones

La elección de Tartiere

Los motivos del industrial bilbaíno para asentarse en Asturias

La historia de la que nos ocupamos tiene que ver con el desaparecido edificio de la residencia de ingenieros de la Fábrica de Santa Bárbara, Fábrica de Explosivos, ubicada, como se sabe, en la finca La Cebera de Lugones, antes conocida también por Santa Bárbara. La Sociedad Anónima Santa Bárbara se constituyó en Oviedo, anta notario, el 24 de abril de 1880, con el fin de montar y explotar una fábrica de pólvora. El principal impulsor de la empresa -amén de accionista mayoritario- era un joven de 31 años, llamado José Tartiere Lenegre. Digamos que esta factoría cesó en su actividad en 1978, poniendo en venta los terrenos liberados, cuya superficie alcanzan 300.000 metros cuadrados. En 1982 la adquirió el Ayuntamiento de Siero. Dicho edificio estaba situado mismamente delante de la entrada del actual campo de fútbol, para el que se le respetó el nombre de Santa Bárbara.

Son contadas las personas que recuerdan este edificio. Como tampoco nosotros creemos haber informado sobre los posibles motivos que le decantaron por Asturias a Tartiere para desarrollar su vida y emprender aquí sus numerosísimas aventuras empresariales.

Nacido en Bilbao, contra las opiniones de quienes creen que nació en Francia, y eso sí, apellidos originales de éste país, José Tartiere se trasladó a Barcelona para hacer la carrera de Ingeniero Industrial. Tan pronto la terminó, a la edad de 31 años, vino para Asturias, y seguro que tuvo que ver con sus relaciones con empresarios vascos que ya tenían vinculaciones económicas e industriales en nuestra región. Son los casos, por ejemplo, de Víctor Chávarri o Luis Adaro y Magro. En la región, en aquella época, décadas finales del siglo XIX, tuvieron su parcela de protagonismo en el desarrollo financiero-empresarial otros nombres foráneos, por ejemplo: el logroñés Pedro Duro, que en 1875 crea Duro y Compañía, sociedad que en 1904 pasaría a ser Duro-Felguera. También en éste último año, el francés Numa Guilhou funda la sociedad Fábrica de Mieres, y se crea la tercera gran empresa asturiana, Fábrica de Moreda y Gijón, constituida con capital francés y dirigida por los ingenieros franceses hermanos Clausel de Coussergues, que a finales de aquel próspero siglo, industrialmente hablando, va a ser absorbida en 1899 por la Sociedad Industrial Santa Bárbara, cuyo principal promotor, pocos años antes, fue José Tartiere.

Ni que decir tiene que para determinar la ubicación de las primeras empresas en las que intervino, José Tartiere contaría por un lado con la proximidad a Oviedo y, por otro, no sería gratuito pensar que el privilegiado enclave ya entonces de la zona de Lugones se incluiría en su portentosa visión de futuro.

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