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Las sociedades altruistas

El deslucido concierto en Mieres de una agrupación coral de Benavente

Por una de esas extrañas circunstancias de la vida hoy debo atender el ruego -y hasta la exigencia- de los miembros de la tertulia "Por el Camino" que demandan, en primer lugar, un enérgico toque de atención, seguido de la propuesta también con carácter firme y hasta la crítica más severa, contra una situación que se viene dando en esta villa galana de Teodoro Cuesta, cuyo título, por nacimiento y procedencia, ya clama a todos los santos para que se implante un régimen de compatibilidades capaz de unir deseos, aficiones y en este caso el respeto hacia las sociedades altruistas del pueblo que, sin pedir nada a cambio, están dando el do de pecho -nunca mejor dicho en este caso- para no rendirse ante el declive general que se viene operando en nuestro círculos.

Resulta que hace cosa de diez días devolvía visita de favor a Mieres una agrupación coral de Benavente (Zamora), después de que el laureado Orfeón de esta nuestra tierra hubiese cursado el primer viaje. El recibimiento por parte de organizadores y público en la villa castellana fue de campeonato. Pues bien, cuando tiene lugar la vuelta y se programa concierto en el marco escénico de la Casa de Cultura el pasado veintiuno de este mes ocurre que, al margen del propio conjunto coral mierense, en el salón solo había siete y ocho personas dispuestas a disfrutar del espectáculo. Ya pueden figurarse todos ustedes de la amarga sensación de fracaso, de pobreza artístico y cultural que envolvió el ambiente. Y es que, claro, se jugaba el clásico Madrid-Barcelona en el Santiago Bernabéu y luchar contra eso es darse cabezadas contra la pared y no moverla ni una décima de milímetro.

Sin embargo, existe un hecho que lo hace aún más sangrante. El "famoso" partido estaba programado para las seis y quince de la tarde, con lo que su final se presumía en torno a las ocho y poco más, hora prevista para el concierto coral. Con un poco de voluntad, hubiesen conocido el "pelotazo" del Barça a los merengues y, a continuación, disfrutado de los frescos vientos de la buena música, esa que es capaz de amansar a las fieras.

La propuesta: Pues bien. Con toda la fuerza del mundo, los miembros de "Por el Camino" denunciamos al unísono que, aquí, en tierra de grandes conquistas culturales y por supuesto musicales, las organizaciones que aún mantienen el tipo en defensa de esa herencia estudien muy bien la fecha, los horarios y publiciten debidamente sus actos, sus programas en los que el público ha de jugar la lógica baza. Y a coro, como una sola voz gritamos: ¡ojo pues al dato!

La crítica: Ésta solamente tiene un destinatario y es el pueblo de Mieres. Señoras y señores, un respeto, una atención, una simple correspondencia con quiénes aún luchan, en el terreno cultural y artístico, y por supuesto, social y deportivo (no los clásicos de la tele), por conservar lo poco que nos queda. Y esperamos que esta nueva denuncia no sea la voz que clama en el desierto.

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