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A mi aire

El paso del tiempo

Últimamente ando un poco "mosca", por los efectos -aunque por otra parte lógicos-, que el paso del tiempo ejerce sobre las personas. Y ya no digo sobre conocidos que habitualmente coincides con ellos en periodos más, o menos largos, sino con gentes con las que a menudo te encuentras, y de la noche a la mañana su estado visible resulta de un deterioro generalizado.

El paso del tiempo no tiene remedio, pura obviedad, aunque los convencionalismos sociales como "por ti no pasen los años" o "qué bien te veo", o cosas por el estilo, resultan edulcorantes de lo que a la vista está, aunque a nadie desagrada un dulce. Seguramente nosotros mismos no nos damos cuenta del deterioro de nuestra propia "carrocería", mientras los demás si observan nuestro propio declinar, y aunque en nuestro día a día nos sentimos en la creencia de que seguimos siendo unos gallucos, pues como que no. El malvado espejo nos hace ver una realidad, que por mucho que tratemos de ignorar, resulta inexorable.

De nada sirve ya el manido tópico de "si yo tuviera ahora... años" que constantemente proclaman algunos para revivir tiempos mejores. De todos modos, también resulta importante el cumplir etapas, y años con los lógicos achaques, que no perdonan a nadie. Con el recuerdo, además, que cuando se tenía una vida entera por delante, los sabios consejos de los mayores de entonces, en el sentido de que se aprovechase todo al máximo, dado que aunque la otra orilla pareciera muy lejana, sin darse cuenta la tendríamos ante nuestros ojos. Lo cierto es que no anda muy optimista uno con lo que hace un tiempo observa en su entorno, pero ye lo que hay. Ahí queda como simple aviso para jóvenes navegantes.

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