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Nabos en Morcín

La Foz acoge este fin de semana su cita anual con entidades gastronómicas de España, Francia y Portugal

La fiesta culinaria de los nabos vuelve a su ambiente de nuevo con toda la parafernalia que conlleva este tipo de celebración. Festejo, bullicio, rito, confraternidad, tradición y mucho entusiasmo en torno a esa hortaliza tan morciniega y focetana. Un homenaje en toda regla que la cofradía nabal se encarga año tras año de llevar a efecto en La Foz de Morcín con diferentes agrupaciones enogastronómicas regionales, de España, Francia y Portugal. Y por estos días invernales de festejo en honor a San Antón, los nabos ya están prestos para su consumo con la calidad como señal básica y el apoyo decidido del compango chacinero. De estos quehaceres saben mucho las gentes de Morcín, y especialmente los miembros de la dinámica cofradía que en los últimos años han puesto en el mapa de la verdad geográfica su animado y bello reducto doméstico para conocimiento y proyección allende sus fronteras locales.

Y en La Foz estos días de enero todo se vuelve tubérculo, hortaliza y mucho nabo con los sabores de la tierra enganchados a sus gentes y a su intensa cofradía que en unas jornadas trabaja más por su concejo que mil campañas turísticas oficiales. Esto nadie lo duda y con ese afán de promoción sigue por sus fueros dejando el pabellón municipal a niveles óptimos y de altura estética. Los nabos son consustanciales con esta tierra esforzada y escarpada, son fruto de sus iniciativas corporativas y siguen ahí por mor de esos cofrades que no desmayan para mantener la tradición y beber en las fuentes de la sabiduría antropológica. Aquí en el llano del Montsacro todo huele a flor de nabo, a esencia rural, a gusto por lo sencillo, a compango universal, a fiesta primigenia y a sapiencia por lo natural y lo auténtico. La ilusión impera en este grupo de aventurados cofrades, en su fisonomía, en sus capas, en sus monteras, en esos collares honoríficos y viajeros y en sus almas de nobles caballeros de la causa nabal y gastronómica. Promoción y fiesta. Encuentro y amistad. Parlamento y sociedad. Todos los amantes de las tradiciones y de las actividades sinceras y animosas esperamos con deseo esa frase tan rítmica y festera. Besa el Nabu.

Y los nabos con esa marca de calidad y ese sabor a tierra ancestral, ya están a la espera de la mesa y el mantel. Y aprovechando estas líneas sólo deseo una pronta mejoría al ilustre y eficaz cofrade de los quesos asturianos Armando Álvarez. ¡Siempre!

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