M. F. D.
El minuto 56 fue, sin duda, el más decisivo del partido, pues en él se decidió el signo del resultado. Estaban los dos equipos empatados a un gol cuando Jony, desde la derecha, realizó una de esas jugadas sorpresa que le caracterizan. Entró en diagonal por adentro y lanzó con la izquierda un gran tiro cruzado, al que Adán respondió con un espectacular desvío a corner. El portero se hizo con el balón tras el lanzamiento de esquina y corrió hasta el borde del área para sacar con el pie con tanta potencia como precisión, buscando a Rubén Castro, uno de los dos delanteros béticos que habían quedado en punta. Rubén Castro, con la colaboración indeseada de Isma López, sacó el máximo partido posible a ese balón que le llegó que ni llovido del cielo. Del posible 2-1 se pasó al real 1-2. En un minuto.
