A la Unión Deportiva Las Palmas da impresión de que le haría falta más Liga, que la competición estirase algo más su calendario para que les diera tiempo de plasmar todo su potencial en crecimiento continuo. Es un equipo en progresión y lo está demostrando jornada a jornada. La última lección la dio en el estadio de Riazor pese a empezar encajando un gol; luego vino todo un recital y el 1-3 final. A algunos tampoco se nos ha olvidado el repaso que le dio a todo un Madrid en el segundo tiempo cuando el club blanco visitó su campo, y que se salvó en el 90 con un cabezazo (1-2) de Casemiro y un Navas que paró casi todo. Pero quedó el aroma ante el Real de un equipo muy trabajado y que no presenta demasiadas fisuras a los rivales.
Quizá de las pocas flaquezas que aparenta mostrar sea un ritmo muy pausado en el centro del campo, pero que busca mutar en los últimos metros. Su fútbol se cuece a fuego lento y por ahí puede estar la grieta (y en las molestias de El Zhar) en la que tenga sus opciones el Sporting, que nunca renuncia a la celeridad en sus contragolpes y que si consigue poner en marcha su intensidad en el centro del campo puede conseguir la sorpresa. Juega a su favor que los canarios casi no sienten el vértigo del descenso gracias a este arreón final y que se pueden complacer en circular por la zona cómoda de la tabla, aunque sin aspiraciones a los puestos de premio europeo. La buena labor de Quique Setién se ha hecho notar en este tramo de la Liga. De vez en cuando Juan Carlos Valerón su suma a la fiesta con sus incomparables pinceladas. Es la mejor versión de la velocidad en el fútbol? jugando al trotecito lento.
Se espera que vuelva Lora y también que lo haga Mascarell, y a partir de ahí el admirable Abelardo puede que sorprenda con algo. Lógico, porque el Sporting va a dar la sorpresa a Canarias.
