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Fondo Norte

Un partido de rango en horario inédito

La cuestión es saber si el Sporting tiene fútbol para superar al Sevilla, modelo de solidez

La pasada ha sido una de las jornadas de Liga más apasionantes de los últimos tiempos. Entre golazos, pongamos que hablamos del de Prince, antes Boateng en Villarreal; errores arbitrales, pongamos que el colectivo va sobrado de ellos y, como siempre, sin autocrítica y sin respetar las críticas porque ya ha corrido a denunciar a García Pitarch, director deportivo del Valencia, y angustias, pongamos que hablamos del Real Madrid, líder entre sofocos y pitos; tantas cosas que merecen ser comentadas. Pero hay que aparcarlas, aunque sea de momento, por el rango del partido que el Sporting va a jugar el sábado ante el Sevilla de Sampaoli y Lillo, que vuelve a los banquillos españoles, aunque sea de segundo.

El rango del partido es enorme. Empezando por el horario: la una de la tarde de un sábado. Después de décadas yendo al fútbol, los veteranos aficionados se encuentran ante un horario inédito. Los partidos de invierno se jugaban antes de la luz eléctrica a las tres y media de la tarde de los domingo, y, según avanzaban los días, pasaban a las tres y cuarenta y cinco, las cuatro, las cuatro y cuarto, las cuatro y media y las cinco de la tarde, que era hora de primavera y del comienzo de la Liga en los meses de septiembre.

Cuando los estadios dispusieron de luz eléctrica, los partidos de noche se jugaban a las ocho de la tarde, aunque luego fueron atrasándose hasta ver que algunos se iniciaron a las once y cinco de la noche para justificar algún subterfugio legal. Pero la una de la tarde de un sábado es un horario inédito en el Anfield del Piles, salvo que la memoria nos falle y el canal historia esté emitiendo en un canal inutilizado. La una de la tarde de un sábado no se sabe si es buena hora para salvar la mañana o si es mala para estropear el almuerzo o la tarde. Pero la Liga de Fútbol manda y nadie se queja porque de las teles llegan los dineros con los que, por ejemplo, se está saneando el Sporting de hoy.

A la emoción del horario se añaden otras emociones. Por ejemplo, saber de dónde va a sacar el Sporting fútbol para superar a un rival que es la muestra más clara de solidez y orden. El pasado domingo se merendó bajo la lluvia a otro modelo de orden y concierto, el Atlético de Madrid, del partido a partido de Simeone, que fue hasta entonces líder. El Sevilla se encaramó en lo alto de la tabla, aunque luego lo superó el decepcionante Real Madrid. El Sevilla, ahora mismo, es un rival poderoso para un Sporting débil. El partido se presenta lleno de trampas para unos rojiblancos que han de sumar los puntos de casa si quieren alcanzar la permanencia, objetivo considerado como irrenunciable por el amplio mundo rojiblanco. Un partido de rango en un horario inédito.

En la espera del acontecimiento, bueno será mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿cuántos en Mareo se ponían ayer la medalla de haber visto antes que nadie a Juan Rodríguez, feliz debutante en Granada donde no hay mayor desgracia que ser ciego? Esuperio no se pone ninguna medalla porque lo suyo no es descubrir valores jóvenes. Por cierto, próxima parada, Capuchinos.

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