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Visita capital

El partido ante el líder Real Madrid dejará en Gijón a unos cuantos creyentes sentados a la mesa

Menos mal que el partido del Bernabéu de este fin de semana se juega el sábado y en horario infantil. LaLiga de Tebas & Clubs -en consideración a la "Mareona"- deja abierta la posibilidad de ir y volver a la capital en el día. Otra opción es aprovechar la resaca del "Black Friday" y, superado el trance ante el Real Madrid, aliviar las penas calentando la tarjeta, comprando los restos de la "negra sombra" del viernes. Madrid no siempre vale una misa, pero una escapada por los distintos museos no es un mal plan B.

El Sporting a fecha de hoy es un zombi en este "Noviembre Negro", una víctima de Halloween (otra exitosa importación USA) que aspira a resucitar en Navidad. O mejor: volver a nacer. "Las bicicletas son para el verano", como dejó escrito Fernando Fernán Gómez; los buenos resultados -los famosos siete puntos- se consiguieron al final del estío, entre agosto y el comienzo de septiembre, hasta el zambombazo del Calderón: 5-0 y se acabó el cuento. El de la lechera y su cántaro. Un atisbo de esperanza asomó en La Rosaleda, al menos en el área contraria, pero lo que ese día se ganó en remate se perdió en defensa. De la Real y el repaso idem, mejor no hablar.

La visita al campo del líder dejará en Gijón a unos cuantos creyentes sentados a la mesa en casa -o en territorio OTEA- esperando a la hora de los postres un sabor dulce: un arroz con leche o un frixuelo para prevenir al cuerpo de una digestión amarga, pesada. Incluso no estaría de más que la tele volviera a recuperar los dos rombos en la pantalla: partido sólo apto para mayores reparados en derrotas.

Como se puede comprobar el ánimo no falta. Real Madrid-Sporting en la quiniela fijo al uno, excepto para los corazones rojiblancos más optimistas, soñadores y que nunca dejan paso al desaliento. De ellos será el cielo rojiblanco. En ese limbo donde viven los sueños de tantos niños que vieron a un Sporting que fue capaz de disputar una liga al intocable Real de los años 70; el cuadro blanco entonces se cuidaba de un once gijonés, convencido de la victoria. Cierto que eran otros tiempos. No había ni sociedades anónimas, ni teles de pago, ni gaitas -sólo una en la "Acerona", sonando encogida-; era una época de juego primoroso. Sólo queda encomendarse al "Ministerio del Tiempo" para que viaje al césped de Chamartín con la alineación de la mejor época y pueda cambiar la historia. Toda ella, de arriba abajo.

En esa sesión continua de fútbol asturiano en Madrid, no se descarta que Nico Rodríguez se acerque a Alcorcón para ver a Pablo Pérez -cedido en el equipo amarillo- y para saludar a los viejos contactos por si las moscas. Entre esos antiguos conocidos no está Anquela, el entrenador de aquel equipo de Segunda B que empezó a salir en los telediarios. El Míster y el Director Deportivo es difícil que vuelvan a coincidir. El ahora entrenador del Huesca seguro que no echa en falta al "Fichador" de entonces. Su plantilla actual tiene mimbres para estar entre las revelaciones de Segunda esta temporada. El Real Oviedo consiguió superar el repaso oscense con un práctico triunfo ante otro azulgrana: el Levante de Muñiz, pimpante en su primer puesto. En Santo Domingo el equipo azul ya sufrió una derrota, por la mínima, la temporada pasada. Hierro & Asociados tiene oportunidad de dar satisfacción a la colonia asturiana en Madrid. Por cierto ¿qué tienen que decir los dos visitantes de la capital este sábado sobre la vinculación del Centro Asturiano en Madrid con la Fundación del Real Madrid que juega en la Quinta Asturias? ¿Qué hubiera dicho de esta alianza, contra natura, Cosme Sordo?

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