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Fondo Norte

Episodios que provocan risas

La pérdida de imagen del Sporting de los últimos tiempos coincide con la debilidad institucional

Lo peor de los episodios que se repiten en este Sporting de los mil fichajes y los cero dirigentes no es la pérdida de imagen del club, un club que siempre fue modesto pero que se caracterizaba por su saber estar y señorío, sino que lo terminen tomando a risa, que es lo que está pasando en estos días. Los polvos de La Coruña traen estos lodos y los humoristas radiofónicos preparan descacharrantes mix, que diría Mariano Rajoy, en el que mezclan las frases del niño de los peines con las del caballero del alto plumero. A falta de victorias y puntos, episodios lamentables que ponen al Sporting en la boca de todos, y no precisamente para recibir elogios. Hay demasiadas vías de agua en el club y en el equipo como para quedarse parados, damas y caballeros, señoras y señores diputados.

Hay imágenes que echan por tierra la labor de años. De aquel Sporting cuya afición despidió con una ovación al Barcelona campeón de Liga tras su victoria en El Molinón pese a que los rojiblancos quedaban en descenso al de ahora hay un trecho que nunca se ha debido recorrer. La imagen de debilidad es la peor que puede ofrecer un club, y en esa debilidad está metido este Sporting que se juega media vida pasado mañana ante uno de los dos equipos que van por debajo de él, el Osasuna de Pamplona. El cambio de entrenador, Joaquín Caparrós por Enrique Martín, no ha dado aún sus frutos, pero en cualquier momento el equipo navarro puede iniciar su reacción. Como sea el domingo, los rojiblancos entrarán en fase de negritud. Y eso que estamos todavía a principios de diciembre.

El partido del domingo es el verdadero clásico para los intereses del amplio mundo rojiblanco. El otro clásico es el que juegan mañana Barcelona y Real Madrid en el campo del primero. El partido también se juega a primeros de diciembre y se sabe que de ganar el Madrid la distancia que marcará con su gran rival se irá a los nueve puntos. No estará decidida la Liga, pero el golpe de mano habrá sido de los que hacen época. Si ganan los locales, se reabre la lucha por la cabeza. Si hay empate, cualquier cosa será posible. Hay partidos, pues, que valen lo que valen a primeros de diciembre o a finales de abril.

Los marcadores de los partidos de Copa del Rey jugados por los dos grandes rivales son usados por algunos sectores como pruebas definitivas de cara al partido de mañana. Falso. No serán los mismos equipos de una y otra parte los que se vean las caras a primera hora de la tarde otoñal, casi invernal.

Va a ser el gran aperitivo del partido de pasado mañana en el Anfield del Piles donde dos clásicos venidos a menos se juegan abrir una ventana a la esperanza. El que gane saldrá aliviado de su preocupante situación. El empate les valdrá poco a los dos. Un día de éstos habrá que sintonizar el canal historia y recordar alguna etapa similar a la actual vivida por el Sporting, con final triste.

Pero siempre, por encima de todo, las buenas costumbres; si pregunto, ¿molesto?: ¿Es cierto que Esuperio tiene previsto poner en Mareo una tienda de collares isabelinos porque la ve como un gran negocio? Próxima parada, Capuchinos.

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