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In memoriam

Un intelectual sin presunción

Daniel Peribáñez deja poso entre sus alumnos, sus amigos y su familia

Aún húmedas las letras de mi artículo por el fallecimiento de Julio Puente, nos llega, desgraciadamente, la noticia de la desaparición de otro maravilloso amigo, componente, también, de aquel grupo de letras del Preu 1969/70 del Instituto Jovellanos: Daniel Peribáñez.

Intelectual sin presunción, estupendo conversador y magnífica persona. Así ha sido su manera de andar por la vida.

Conocí a Daniel, siendo adolescentes, a mediados de los sesenta y, desde entonces, he podido gozar de su compañía como compañero de estudios y como amigo. Amistad que se cimentó en nuestras correrías, primero, por el Parchis y Begoña, se asentó en aquel curso de Preu (de 16 y no de trece, como acertadamente me corrigió Juan Nicieza, cuando hablé de Julio) y se consolidó en los siguientes años hasta hoy. Gran amante del deporte, fue un estupendo jugador de hockey patines y un gran amante de naturaleza de lo que me quedan como recuerdo varias idas a Picos en diversas ocasiones junto otros amigos como el grupo de Preu o con Carlos Meana, Luis Melendi, su hermano "el chato" Tomás... Excursión a Picos que no era baladí en la época, pues solo para aproximarse hasta Arenas de Cabrales para seguir a Poncebos desde la estación de Langreo de Gijón nos llevaba más de mediodía, con los transbordos correspondientes, del tren, en El Berrón y al autobús de Mento en Arriondas hasta la propia Arenas o con otro transbordo en Cangas de Onís.

Hijo de D. Tomás Peribáñez (que marcó una impronta y un empuje encomiables en la Escuela de Comercio, allá por los 50 y 60), ha sabido Daniel continuar esa trayectoria dejando un poso importante entre sus alumnos de Historia Económica de la Universidad de Oviedo y extendió su saber a través de sus varias publicaciones sobre la economía, industrialización y actividades comerciales marítimas y terrestres de la historia de Asturias y, particularmente, de Gijón.

Aunque yo había dejado de acudir en los últimos años, no dejó Daniel ningún martes de ir a la peña de la quiniela con los amigos de la pandilla: Carlos Meana, Luis Cavia, Enrique Antuña, Pepe Trabanco, Darío, Tito Herrero, Nacho, Alfonso, Kike Riera, Jesús Cracio, Luis Melendi, Pedro y Juan Oria? Reuniones vespertinas semanales que llevaban aparejadas largas conversaciones y discusiones que no impedían volver a empezar a la semana siguiente, como si de una casino de antaño se tratara, solo que en esta versión moderna, en vez del farmacéutico, el médico, el alcalde o el prócer del pueblo, las opiniones las vierten y las debaten el abogado, el arquitecto, el historiador, el economista, el director de teatro o el empresario.

No hace un año, aún, que su querida Paloma se había ido. ¡Ojalá donde sea os podáis encontrar y dar una vuelta por Merón o la playa España que tanto os gustaban! Asumimos que la vida nos juega malos envites, pero no estaría mal que los espaciara y nos dejara disfrutar un poco más de los que queremos.

Dejáis dos hijas maravillosas, Marta y Paloma, que, con toda seguridad, seguirán un recorrido vital, al menos tan hermoso y magnífico como el vuestro.

Muchas gracias, también, Daniel, por poder gozar de tu amistad durante todos estos años. Un beso y un abrazo fuerte, amigo.

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