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Profesor de Geografía e Historia

Sin asturianos

Pero con las candidaturas a dedo y la metrópoli central fantasma

Diez comunidades autónomas españolas han registrado un superávit fiscal hasta noviembre de 2017, entre ellas tras Andalucía figura Asturias en segundo lugar (85 millones, 0,38% del PIB). Según el ministerio de Hacienda la deuda estatal ha sumado 24.068 millones de euros entre enero y noviembre de 2017, lo que supone el 2,06% del PIB, un 36,4% menos que hace un año, cuando se situó en el 3,38% del PIB. Estos buenos datos se deben sobre todo a un aumento de la recaudación motivado por la recuperación económica que incluye el crecimiento del consumo y del comercio. Ello da un margen al gobierno regional para establecer o reforzar una prioridad presupuestaria. ¿Cuál puede ser en una región con una pérdida de población de casi 40.000 habitantes en 4 años, sobre una población en torno al millón de habitantes? Parece claro que un criterio a considerar para nuestro progreso regional es fomentar la natalidad. Una Asturias con muchos ancianos y pocos jóvenes es una Asturias sin futuro.

Si en España ya la natalidad nacional es muy baja (8´8 por mil, igualado con la mortalidad), estamos hablando de una región con un índice anual del 6 por mil. La tasa ha ido descendiendo desde el 16 del 1975, y solo se ha recuperado levemente entre el 5´9 de 1998 y el 7´6 del 2008. La tendencia general en los países desarrollados es al descenso de la natalidad, pero en Asturias y el noroeste español más acusado por su menor dinamismo económico y población activa ocupada. La leve década de recuperación cabe atribuirla al periodo de gran crecimiento de la economía y el empleo, pero casi todo se lo han llevado las grandes capitales regionales y las costas del turismo de sol, playa y fiesta. En el caso del Principado hemos entrado en un círculo vicioso, influido también por el declive de la minería del carbón: a menos empleo y más envejecimiento de la población, menos natalidad y menor población activa. A ello se suma que la tasa de mortalidad en Asturias ha subido del 9 de 1975 al 13 de 2016.

¿Se debe fomentar la natalidad pues? La necesidad de fomentar la natalidad en Asturias no es de derechas ni de izquierdas, sino de sentido común. ¿Cómo hacerlo? Por supuesto el marco impulsor es una política económica y de empleo eficaz. Las ayudas directas también son importantes, pero no los únicos métodos. En Francia han tenido éxito. Una reducción por segundo y tercer hijo en el impuesto sobre la renta conllevaría un incentivo económico y psicológico. No sería muy caro al hablar de cantidades respecto a doblar los actuales 6.000 nacimientos anuales. A 2.000/4.000 euros anuales -según ingresos del padre y la madre- serían 18 millones de euros (sobre 80 de superávit): ¿es mucho pedir? En cuanto a los incentivos indirectos habría que referirse a pañales e IVA, escuelas gratuitas de 3 a 6 años y becas para libros de 12 a 18 años, por ejemplo. Fórmulas puede haber varias, pero lo primero es querer ponerse manos a la obra presupuestaria, más allá del párrafo decorativo sin cifras del programa electoral.

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