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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

Patrimonio que se cae a pedazos

El hecho de que uno de los edificios militares más destacados de Asturias, la Torre de Noriega, en Ribadedeva, del siglo XIII, se caiga a pedazos demuestra que algunas leyes son papel mojado. Porque la ley del Suelo indica claramente que son los propietarios los responsables de que los bienes de los que son titulares estén en condiciones adecuadas. Pero como si lloviera: la Torre está hecha un desastre, y el Ayuntamiento, pese a los continuos esfuerzos de sus dirigentes, no ha podido ni comprarla, ni expropiarla, ni obligar a la propiedad a rehabilitarla. Sólo ahora se ve una luz al final del túnel, tras su declaración como bien de interés cultural (BIC). Y algo parecido ocurre con el monasterio de San Antolín de Bedón, en Llanes, construido también en el siglo XIII y que sigue abandonado a su suerte, mientras su indiscutible titular, el Estado, se hace el sueco. Algo no funciona en un país que ve morir su patrimonio histórico y cultural sin siquiera llorarlo.

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