Pepín, el camareru, se enfrentó cuando accedió al poder por sorpresa (gracias al apoyo inesperado de otro grupo político) a la burla de algunos y la incredulidad de muchos. Quizá ni él mismo tenía entonces fe en sus posibilidades. Cuenta Pepín que lo pasó muy mal durante los primeros meses. Estuvo a punto de dejarlo todo. Pero consiguió superar la crisis y decidió ponerse a gobernar sin dejar de ser él mismo: Pepín. Demostró inteligencia, listeza (que no es lo mismo), habilidad, astucia y capacidad. De tal manera que logró gobernar con una minoría nunca antes vista en Asturies (tres concejales, él incluido, de trece) y hacerlo muy bien. La gente se lo reconoció: arrasó en las elecciones de 2015, pasando a tener su partido ocho concejales. Ahora acaba de eliminar el crédito a proveedores, principal losa del Ayuntamiento, aumentando las inversiones y manteniendo los servicios municipales. Pepín, el camareru. José Manuel González Castro.