Nadie fue capaz de explicar nunca en qué demonios estarían pensando quienes diseñaron los accesos a Porrúa y Barru desde la AS-263 en Celoriu, en el concejo de Llanes. El asunto no parecía difícil: una rotonda junto al cruce de Barru y un desvío hacia Porrúa, o dos rotondas. Al final dejaron sin rotonda la salida oriental del nudo de enlace de Balmori o Valmori de la autovía del Cantábrico y habilitaron un desvío a Porrúa, pero montaron un auténtico galimatías, que obliga a ir y volver en ambos sentidos y a cruzar la AS-263 para coger las desviaciones. Muy peligroso, de ahí los numerosos accidentes registrados en los últimos años. Y un galimatías para quienes los cruces. El proyecto que diseñó en 2008 el Principado para solucionar el problema fue supuestamente devorado por la crisis, excusa perfecta para no hacer nada. Ahora resurge la demanda. Justa, necesaria, imprescindible.
