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El peor camino para la cultura y la convivencia

Ante la intención del tripartito de incluir una ruta de la Revolución del 34 en la Noche Blanca

La Noche Blanca es una marca europea y tiene como finalidad mostrar expresiones artísticas contemporáneas. Oviedo se incorporó a esta marca internacional y en 2013 y 2014 consiguió poner en marcha un programa integrador, novedoso y abierto a todos que permitió a los ovetenses conocer nuevas expresiones artísticas y, al mismo tiempo, recorrer espacios de la ciudad que habitualmente no son accesibles. El éxito de público en las dos ediciones demuestra que fue una programación adecuada.

Ahora el tripartito ovetense quiere acabar también con esta iniciativa convirtiéndola en un escenario más para su política de revancha y de revisión del pasado. Plantear una ruta histórica sobre la revolución del 34 en la Noche Blanca es destruir la filosofía y la razón de ser de esta iniciativa internacional.

La cultura no puede ser nunca escenario para sembrar la división; al contrario, debería ser un escenario de integración, de convivencia y valores positivos para el presente y el futuro de una comunidad.

El tripartito viene con ánimo de destrucción. No quiere dejar ningún espacio ni actividad de la ciudad sin sembrar en él el germen de la división, del rencor y de recuperación de hechos que fraccionaron y crisparon a este país y que afortunadamente todos dábamos hasta ahora por superados.

Esta desafortunada idea es una muestra más de la política espectáculo que alimenta el nuevo concejal de Cultura, con el beneplácito de sus enemigos del tripartito, y responde a una mística infantil y ahistórica de quienes se aferran a un maniqueísmo ridículo para adjudicar a los suyos siempre el papel de buenos.

Habría que preguntarle a este concejal si en esa ruta va a seguir los criterios de ensoñación acrítica habitual en la izquierda o va a incluir una visita al convento de Santo Domingo y al Palacio Arzobispal, destruido por los revolucionarios; o a la carretera donde fueron asesinados seis seminaristas que lograron huir del convento; o al matadero de San Lázaro, San Esteban de las Cruces, Santullano, Olloniego, la Iglesia de Santa María Real de La Corte o el cementerio donde fueron asesinados otros 13 religiosos; o a los lugares donde fueron asesinados el vicario general y el secretario del obispado; o a la Cámara Santa de la Catedral, dinamitada por los revolucionarios; o al edificio antiguo de la Universidad de Oviedo dinamitado también en una acción que destruyó la pinacoteca y toda su biblioteca que era uno de los primeros centros bibliográficos universitarios del país?

La ruta que programa el tripartito no será para contar la historia real de estos sucesos sino para reescribir con nostalgia revolucionaria de políticos profesionales unos hechos que deberíamos tener superados para garantizar la convivencia en paz que merecen los ovetenses.

Este tripartito está obsesionado con el pasado: por un lado, quieren reivindicar su extremismo reescribiendo la historia con su pluma maniqueista y ridícula, y por otro, quieren justificar su acción de Gobierno exclusivamente en destruir y criticar todo lo que hicieron los anteriores gobiernos del Partido Popular.

Por más que se esfuercen no van a poder cambiar el pasado, ni en los trágicos sucesos y momentos que vivieron nuestros antepasados, ni en las grandes realizaciones del Partido Popular en Oviedo que contaron con el apoyo mayoritario de los ovetenses durante más de 24 años.

El Alcalde de Oviedo debería recapacitar y poner fin a tanto desatino como está protagonizando este Gobierno. No pueden convertir en un escenario político sectario y partidista todas las actividades del Gobierno, incluyendo aquellas, como la Noche Blanca, que se sustentan justo en criterios absolutamente contrarios a esa tendencia al enfrentamiento, la crispación y el radicalismo extemporáneo que propician las decisiones de este tripartito.

El señor Ramos debería hacer él solo la ruta de la revolución del 34 para darse cuenta de que está tomando el peor camino para la cultura y para la convivencia en Oviedo.

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