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Crítica

Oviedo entra por el agujero

"Hay que estar en el agujero? para salir del agujero", con esta aparente obviedad como leitmotiv, el equipo de "The hole" ha conseguido encontrar una fórmula que atrae a un público joven y entusiasta y cuyo lema es el "vive y deja vivir". El carpe diem en versión petardeo de la movida madrileña. Esta fusión de artes escénicas (teatro de variedades, circo, cabaret y burlesque), que lleva triunfando desde 2011 y ya tiene su exitosa continuación en "The Hole 2", nos ofrece un espectáculo entretenido y resultón, que combina el humor, la música y los stripteases a buen ritmo.

La Terremoto de Alcorcón, como maestra de ceremonias, realiza un trabajo encomiable y se mete al público en el bolsillo. El escenario recrea su mansión, una casa del terror con toques dalinianos entre luces de neón y música disco. La Terremoto nos invita para hacer pública su relación con Cristóbal, un ratón blanco, que permanece muy tranquilo. Los monólogos de la anfitriona, divertidos y con muchas alusiones al Oviedín del alma, se intercalan entre los números musicales de la madame y sus stripteases artísticos, y los de los mayordomos, el cuarteto vocal "Primital Bros", que lo hacen muy bien. El toque circense lo ponen los artistas invitados, como los acróbatas de suelo "Dúo Flash", una especie de porteros de discoteca cachas con pajarita, que hacen unos equilibrios magistrales. El travesti Almon (Julio Bellido), un pompón rosa-muñeca repollo con maquillaje kabuki, realiza un número de gran belleza con Donet Collazo, de gran parecido a Ronaldo, contrapunto acrobático a las estridencias de Almon. Los elementos más provocadores llegan de la mano del Pony Loco (Nacho Sánchez), un Calibán frenético sobre patines, que se lanza a los espectadores y aporta el desnudo masculino de la función. Completan el reparto las Supernenas, entre Pinito del Oro, Barbarella y el pop-art, con un número de trapecio de final lésbico. Dilya y su Marilyn entradita en carnes nos recuerda a la Divine de John Waters.

El guión es fresco y desenfadado, una parodia de la actualidad tipo "Club de la Comedia" por el que desfilan la Pantoja, Azúcar Moreno?y hasta la nouvelle cuisine. La ruptura de la Terremoto y Cristóbal es el punto de inflexión de la noche y la búsqueda de éste con técnicas de "Cuarto Milenio" hará sobrecogerse a los espectadores.

El cierre final con la "depresión post-party" vuelve a subir el voltaje y las ganas de fiesta del público. Este cabaret canalla está muy recomendado para pasar un buen rato.

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