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In memóriam

Sin aliento

Ante el fallecimiento en León, a los 53 años, del hematólogo ovetense Carlos Cecchini Fernández

He tenido que esperar una semana para decidirme. Me faltaba arrojo. Al final he optado por hacerlo como, estoy seguro, tú lo harías. Con indisciplina militar. Saltándote toda regla literaria. Puro sentimiento. Pura vehemencia. A porta gayola?

Te has ido Carlos. Y lo has hecho apresuradamente. Con las botas puestas. En plena carrera.

No podía ser de otra forma. Te has pasado así la vida. Corriendo, trotando, galopando... Siempre hacia delante, sin mirar atrás. Sin arrepentimientos. Fiel a tus principios. Mandando al guano a los perturbadores de tu regocijo. Corriste tu media maratón como si de una carrera de medio fondo se tratase.

Por eso has dejado aquí tantos y tantos amigos. Los necesitabas. Era imposible seguir tu vertiginoso ritmo. Teníamos que hacer relevos. Nos dejabas exhaustos. Ibas, venias, volvías? Otro relevo... Ibas, venias, volvías... Otro relevo?

Ahora ya no volverás. Ahora el día de los muertitos lo celebras al otro lado de la frontera, mano. Seguro que lo tienes todo bien organizado. El Martini, seco no, árido. El bourbon a pelo. El cava helado. La música alta. El baile hasta que salga el sol?

Podría utilizar mil adjetivos para definirte, Carlos. Tú tenías predilección por uno: ¡auténtico! Así te sentías y así eras? Sin más. El día que tengas un minuto para leer esto, sé positivamente que, frunciendo el ceño y arrugando los labios imitando a Geoffrey Firmin, dirás "¡no está mal?No está nada mal!".

Soltarás una enorme carcajada y seguirás con tu carrera, tu trote, tu galope... Hasta quedarte sin aliento. Abrazo fuerte Carlos. Hasta siempre.

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