La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jefe de servicio de Oncología Radioterápica del HUCA

Adiós a un impulsor de la radioterapia en Asturias

El fallecimiento en su casa de Estados Unidos del doctor Luis Delclós

El profesor doctor Luis Delclós Soler, oncólogo radioterapeuta, falleció hace una semana en su casa de Houston (Texas), en Estados Unidos. Entre los años 1969 y 1971 estuvo al frente del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital General de Asturias.

El doctor Delclós nace en Tarragona en 1926. Se inclina por estudiar Medicina y especializarse en Radioterapia siguiendo la tradición familiar, ya que su padre era radiólogo y realizaba también tratamientos radioterápicos con los escasos medios que se disponían en esa época. Tras estudiar Medicina en Barcelona, se traslada a Inglaterra para realizar la adecuada formación en radioterapia que no podía hacer en España. Entre 1954 y 1957 se forma en el Christie Hospital and Holt Radium Institute de Manchester con el Dr. Paterson. Al finalizar su formación, es admitido en el MD Anderson Cancer Center (Houston) y aunque decide permanecer en España, tras tres años sin poder desarrollar un trabajo que cumpliera sus expectativas, en 1960 decide trasladarse a Houston, obtiene la licencia americana para ejercer como oncólogo radioterapeuta y se incorpora al equipo del Dr. Fletcher en el MD Anderson, donde desde 1965 es el encargado de tratar a las pacientes con tumores ginecológicos, disciplina en la que no sólo destacó como especialista en el tratamiento radioterápico, sino también en la vertiente de diseño de diferentes dispositivos, entre ellos los colpostatos y miniovoides para el tratamiento endocavitario de los tumores del cuello uterino. Siempre quiso volver a España, y a finales de los sesenta se le presenta la oportunidad y se traslada a Oviedo incorporándose al servicio de Radioterapia del Hospital General de Asturias con el objetivo de poner en marcha un Centro del Cáncer, según la apuesta hecha desde la Diputación de Oviedo. Entre 1969 y 1971, da un impulso al servicio, no sólo por instaurar nuevas técnicas y esquemas de tratamiento con radioterapia, sino también por implantar una nueva forma de abordar la radioterapia y, en general, la oncología, implantando junto con otros profesionales los comités de tumores (sesiones entre diferentes especialistas). Pero no se cumplieron las expectativas para el completo desarrollo del Centro del Cáncer y en 1971 volvió a Houston, aunque siempre mantuvo un fuerte vínculo con el servicio, facilitando las largas estancias en el MD Anderson del jefe de servicio, el doctor Reinerio Rodríguez, y del responsable de radiofísica, el doctor Javier Vivanco, que permitieron importar los mejores conocimientos, en una época en que la información médica fluía con mucha lentitud, lo cual situó al servicio de Oncología Radioterápica del Hospital General de Asturias como uno de los punteros en España y referente para otros servicios del país.

Hasta su jubilación en 1996 siguió desarrollando su labor como oncólogo radioterápico con dedicación especial al tratamiento de tumores del área ginecológica y a la braquiterapia en los que fue un referente mundial en la especialidad, aportando sus conocimientos a través de innumerables publicaciones y de ponencias en congresos internacionales. En 1997 se le otorgó por parte de la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica la medalla de oro, que es la máxima distinción de dicha sociedad.

En 1986 ya había sido reconocido en su ciudad natal con el título de hijo predilecto de Tarragona. En 1988 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid y en 1995 se le otorgó el mismo título por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. En 2001 fue distinguido por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica como socio de honor.

Para mí tiene una especial relevancia la labor que desarrolló el doctor Delclós facilitando la asistencia a uno de los centros más avanzados del mundo en el tratamiento del cáncer, el MD Anderson Cancer Center, a muchos oncólogos radioterapeutas españoles en momentos en los que no era fácil conseguirlo. Además, siempre tuvo abiertas las puertas de su casa para acoger y ayudar a llevar mejor la estancia en esas tierras, incluso a pacientes.

Yo tuve la suerte de ser uno de esos médicos y no sólo pude adquirir conocimientos muy valiosos, sino también comprobar las dotes como oncólogo del doctor Delclós y apreciar cómo era querido por sus pacientes y el personal de su servicio por su carácter afable y campechano. Y, por supuesto, siempre estaré agradecido por cómo me acogieron en su casa tanto él como su esposa, Teri.

Creo que es de justicia reconocer la aportación que el doctor Delclós ha hecho al desarrollo de la oncología radioterápica y, de forma especial, en Asturias le debemos estar agradecidos por ser una de las personas que contribuyeron a dar un enfoque multidisciplinar al tratamiento del cáncer y al desarrollo de la radioterapia moderna en el Hospital General de Asturias.

Compartir el artículo

stats