En momentos políticos como los actuales, en los que los excesos de la inmediatez inundan el debate político de descalificaciones y polémicas ajenas al interés y las necesidades de los ciudadanos, conviene bajar el balón y reflexionar. Viene bien releer y repensar las palabras, las ideas, de personas como Julián Marías para rescatar su saber sobre conceptos que deben estar en la mente, y en el hacer, de los servidores públicos.
Marías expuso cómo "si se mira bien, el desacuerdo, que es inevitable y con frecuencia necesario, supone la concordia y se nutre sustancialmente de ella. Es una cuestión de jerarquía: la concordia es lo más importante, el suelo común en el cual descansan el acuerdo o el desacuerdo". Los responsables políticos, elegidos democráticamente por los ciudadanos, podemos estar de acuerdo o en desacuerdo. Y, desde luego, los concejales del Grupo Popular no cambiaremos "de suelo" ni permitiremos que algunos cambien ese suelo de la concordia por el de otras épocas, sean pretéritas o meramente utópicas, ni que pretendan eliminar la pluralidad con ramalazos totalitarios. No toleraremos que se enfangue la convivencia en Oviedo como buscan algunos.
Me gustaría recordarles a quienes ahora deberían estar ocupándose de cumplir el mandato ciudadano que se arrogaron al formar un tripartito de gobierno, que gobernar exige priorizar, buscar aquellas políticas que son de verdad importantes para los ciudadanos y acometerlas también en función de su urgencia.
Muchos ovetenses se preguntarán si tanto urge el cambio de calles para que a toda prisa, sin luz y sin taquígrafos, sin respeto ni consulta de las leyes ni de la historia, se cambie parte de la fisonomía de nuestra ciudad. Con urgencia se convierte en golpista a un diputado asesinado antes del 18 de julio de 1936. Con urgencia se quita un reconocimiento a alguien que ya lo perdió en el momento de su fallecimiento. Con urgencia se insulta y se reparten carnets de demócratas y de fascistas.
Y sin duda con prisa han olvidado los concejales del PSOE y de IU cómo en el año 2007 sus partidos votaron en el Congreso de los Diputados en contra de una enmienda presentada por el Partido Popular para aumentar las ayudas a presos políticos del franquismo. Prefirieron que no contasen con esa ayuda económica para seguir manteniendo su puesto de vendedores de carnets.
Sin prisa y sin urgencia, pero con la rotundidad y la seriedad con la que deben exponerse las ideas verdaderamente importantes, quiero volver a expresar la intención del Grupo Popular de seguir defendiendo los intereses de los ovetenses, de los que nos votaron y de los que no lo hicieron, porque ese es el mandato que recibimos como representantes públicos. Seguiremos trabajando por nuestra ciudad y denunciando las maniobras de quienes tienen en su agenda algo que no es Oviedo y entre sus intereses algo que no son los ovetenses.
