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Periodista

Lecciones de democracia

Sobre la participación ciudadana por la que aboga el tripartito

El equipo de gobierno del Ayuntamiento (Somos, PSOE e IU) está decidido a darnos a los ovetenses lecciones de democracia participativa hasta que se nos meta en la sesera de qué va la cosa. Para llevar a cabo esa labor didáctica que se han impuesto, incluso se ha creado una concejalía de Participación -con un presupuesto nada desdeñable- y a los ediles del tripartito no se les cae la palabra de la boca, quizá para evitar hablar de los problemas reales que tiene la ciudad y de los que, parece ser, nadie se ocupa. Normal, porque bastante trabajera tienen con quitar y poner banderas y colgar y descolgar carteles de la fachada del Ayuntamiento, que a veces más que un edificio institucional parece un tenderete de feria. Miedo me da pasar un día de estos por allí y encontrar ropa tendida en los balcones.

En fin, a lo que iba, ahora todo se basa en participar, aunque nadie sepa muy bien en qué ni cómo ni con qué objetivos. Pero eso es lo de menos. Ya nos dirán ellos en qué, cómo y para qué. De hecho, podrían decirnos hasta el resultado del partido antes de que se juegue. Porque de eso se trata. De justificar sus decisiones, también las más disparatadas y dictatoriales, intentando hacernos creer que las hemos tomado entre todos.

Pero, por favor, que a nadie se le ocurra iniciar un proceso de participación sin que los concejales del tripartito estén al mando del mismo, porque en ese caso su actividad será tachada de sospechosa y falsa. Eso nos ha ocurrido a un grupo de vecinos de la plaza de la Gesta que tomamos la iniciativa de oponernos al cambio de nombre de este espacio. Sólo de esta plaza, puesto que ignorábamos si los residentes en las otras veinte calles de la ciudad que correrán la misma suerte estaban a favor o en contra de los cambios. En la Gesta, el sentir mayoritario de los vecinos -aunque no dudo que habrá otras opiniones- es que las cosas están bien como están. Y que la modificación, que no aporta ninguna ventaja, acarreará a cambio molestias a los particulares y más engorros y gastos a las empresas y negocios de la zona, obligados a cambiar los datos de su imagen corporativa por capricho de un gobierno que antepone sus apetencias ideológicas a cualquier otra consideración.

Y aunque el propio Alcalde, Wenceslao López, nos escribió una carta en la que expresa su intención de que todas las decisiones municipales "cuenten con el mayor de los consensos posible", nosotros no vamos a ser escuchados. También normal, claro. Porque es que nadie nos mandó participar libremente, sin comisariado político alguno. ¡Menuda ocurrencia! Sólo se nos pudo pasar por la cabeza a nosotros, a un grupo de pirados inconscientes que hemos podido vivir durante décadas sin percatarnos de que residíamos en un lugar tan antidemocrático, con un nombre tan terrible, en un espacio tan insano políticamente que honra la memoria de los dos mil ovetenses -hombres, mujeres y niños- que murieron en la ciudad entre el 19 de julio y el 17 de octubre de 1936. Menos mal que ha venido el tripartito a redimirnos de tanta ignorancia y a darnos la oportunidad de iniciar una nueva etapa con una nueva dirección, como si fuésemos testigos protegidos.

Por cierto, a los rabudos que no acabamos de creernos que el cambio va a ser chupi y que nos va empapar al fin de democracia de la buena, la señora Ana Taboada en persona se va a encargar de hacérnoslo entender, según ha anunciado en prensa, con una campaña de "sensibilización y promoción" para favorecer el conocimiento de los nuevos nombres. Gracias, señora teniente de alcalde. Si es por los vecinos de la Gesta, el Ayuntamiento puede ahorrarse el gasto promocional pues todos sabemos lo que es un fresno, aunque estemos a merced de un grupo de alcornoques.

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