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Exrector de la Universidad de Oviedo

Condenado a muerte por sus servicios a la patria

Glosa de la figura del rector Alas en el 80.º aniversario de su fusilamiento

Nacido en esta ciudad en 1883, Leopoldo Alas cursó estudios de leyes en la Universidad de Oviedo, comenzando a continuación su doctorado en Madrid bajo los auspicios de la Institución Libre de Enseñanza. Completa su formación en Alemania, pensionado por la Junta de Ampliación de Estudio. Regresa a España y en 1920 obtiene la cátedra de Derecho Civil en la Universidad de Oviedo. Esto se dice muy pronto, pero debo advertir que un currículum como éste no era muy frecuente a principios del siglo pasado.

De su compromiso con la institución universitaria da cuenta el hecho de que en 1929, siendo Decano de la Facultad de Derecho, envíe al General Primo de Rivera una enérgica protesta por el cierre de la Universidad de Murcia, hecho que provocó la suspensión temporal de funciones docentes y el cese de todos los decanos y secretarios de la universidad ovetense. Y el mismo año, evidenciando su compromiso social, firma el manifiesto del Partido Radical-Socialista junto con Domingo Sanjuán, Companys, Galarza, Albornoz y Benito y Vital Álvarez Buylla.

En 1931, poco después de la proclamación de la Segunda República, es nombrado ector y resulta además elegido diputado en las Cortes Constituyentes por Asturias dentro de la coalición republicano-socialista. Al año siguiente desempeña la subsecretaría de Justicia bajo el Ministerio de Álvarez de Albornoz.

En Octubre de 1934 asiste impotente a la destrucción de la Universidad de Oviedo y en sólo dos años consigue su reconstrucción, aunque nunca llegaría a inaugurarla.

Coincidiendo con la sublevación militar de 1936 es ingresado en esta prisión. En la parodia de juicio a la que fue sometido poco después se le acusó de participar en mítines y actos políticos en los que o nunca había estado o no había tomado la palabra; de criticar al Ejército, al que sin embargo defendió cuando fue acusado del incendio de la Universidad en Octubre del 34; de incitar a la rebelión, aunque los verdaderos rebeldes no pudieron probar nada al respecto; de masón; de atacar a la religión... Aunque estas acusaciones nunca pudieron ser sustanciadas fue condenado a muerte el 21 de enero de 1937 y fusilado el 20 de febrero del mismo año.

A la vista de estos datos biográficos que acabo de citar, no tengo duda de que lo que causó la ruina de Alas no fueron las pruebas aportadas por los sus acusadores, sino precisamente sus destacados servicios a la patria. Desde su muerte y tras un penoso y largo silencio, el año 1976 la Universidad colocó su retrato en la sala de profesores, junto con el de los demás rectores. Un año después, el Ayuntamiento de Oviedo le dedica una calle. En 1987, en el 50.º aniversario de su muerte, un acuerdo de la junta de gobierno de nuestra Universidad repuso honoríficamente a Alas en su cargo de rector, colocándose una placa conmemorativa a la entrada del Paraninfo. Coincidiendo con el 70 aniversario de su muerte, la Universidad le rindió el año 2007 un nuevo homenaje.

Con este acto, el Ayuntamiento de Oviedo, se suma de nuevo al homenaje de Alas. Parafraseando a Leopoldo Tolivar Alas: Ya vamos quedando menos.

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