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Voces crecientes contra el maltrato animal

Las protectoras del Principado atribuyen el aumento de denuncias en la región a una mayor sensibilización social, aunque lamentan que aún hay muchos agujeros legales, como la falta de control de microchips

Un perro abandonado frente a un coche. miki lópez

El pasado mes de agosto un hombre ataba a su perro, un mastín, a la defensa trasera de su vehículo y lo arrastraba durante varios metros por las calles de El Entrego. Los vecinos consiguieron frenar al agresor y evitar una desgracia mayor. Pero la cosa no quedó ahí. La localidad se movilizó y recogió más de 10.000 firmas para que el perro no siguiese con sus dueños y fuese entregado a una casa de acogida. La lucha mereció la pena, el juez concedió la tutela del mastín a la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad (Anadel). Esta historia tuvo un final feliz, pero la de otros muchos animales de la región se tiñe de negro, como la de "Balto", en 2012, que fue arrollado adrede por el tío abuelo de su propietaria, al que condenaron en septiembre a siete meses de cárcel. Son casos de signo distinto al de "Excalibur", el perro de la enfermera infectada de ébola Teresa Romero, sacrificado cuando se le detectó la enfermedad a su dueña y que ha generado un amplia polémica propiciada por esa sensibilidad creciente hacia los derechos de los animales.

Según la memoria de 2013 de la Fiscalía Coordinadora de Medio Ambiente y Urbanismo, las denuncias e investigaciones por maltrato animal han aumentado en los últimos años en España. El informe detalla que fueron 515 los procedimientos judiciales abiertos el año pasado por esta causa y que de ellos se dictaron 60 sentencias condenatorias y ocho absolutorias. En 2011, los cifras fueron más bajas: 108 procesos judiciales, once resoluciones condenatorias y seis absolutorias. Los datos facilitados por el fiscal de Medio Ambiente del Principado de Asturias, Alejandro Cabaleiro, demuestran ese mismo incremento en la región: mientras que en 2012 sólo se abrió una diligencia de investigación, el año pasado fueron trece. De ellas, se dictaron dos sentencias condenatorias; una por haber degollado a un caballo en mayo de 2012, y otra, por el abandono de nueve perros en una jaula en abril de 2011. En el primer caso, la pena fue de seis meses de prisión, y en el segundo, de un año, más la inhabilitación especial para el ejercicio de una profesión relacionada con los animales durante un año. En este punto, hay que tener en cuenta que el Código Penal tipifica como delito la agresión a animales cuando "si por cualquier medio o procedimiento se maltrata injustificadamente al animal, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud". Todo ello, precisa el código, siempre y cuando se trate de un "animal domesticado o amansado".

Los expertos atribuyen el incremento de denuncias -este año, ya van once- a una mayor sensibilización social. Las protectoras asturianas coinciden en decir, sin embargo, que este aumento no significa necesariamente que haya más agresiones, sino que ahora se denuncia más que antes. "Lo que hace unos años se veía normal, hoy ya no se ve así. La gente está cada vez más concienciada y los medios de comunicación se hacen eco de los sucesos", dice Alejandra Mier, secretaria de la Fundación Protectora de Animales del Principado de Asturias. "Al final, se trata de una cuestión de empatía por el dolor de un ser vivo y, en este sentido, ha habido un avance. Hay más sensibilidad y eso hace que crezcan las denuncias y al mismo tiempo disminuyan los malos tratos", explica, por su parte, Dolores Moreno, presidenta de la Fundación Amigos del Perro.

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