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Richar López, el rey de los "youtubers" en Asturias con sus vídeos sobre juegos

Lenense de 36 años, dejó su trabajo de soldador para comentar videojuegos en la red l Los jóvenes peregrinan para verlo, lo reconocen por la calle

Richar López, el rey de los "youtubers" en Asturias con sus vídeos sobre juegos

Ricardo López González en el DNI. Richar para los amigos. Y Richar1979BetaCode cuando tiene el mando. Este lenense es un influyente "gamer" (experto en videojuegos) que acumula más de medio millón de seguidores en Youtube. Está a la cabeza de los asturianos que se dedican en exclusiva a subir vídeos a la red social, una profesión nueva que puede generar altos ingresos y ofrece una fama impensable para los que no viven pegados a la red. Muchos jóvenes consideran a Richar López un dios tras la pantalla: recorren cientos de kilómetros para verlo, le paran por la calle y le saludan en el cine. Un cambio de vida drástico para López, que hace un año decidió dejar su trabajo como soldador para ser "youtuber". Los programas de publicidad de Youtube pagan una media de un euro por cada mil visualizaciones. Su canal tiene más de 4 millones de vistas al mes.

Richar es "youtuber" por vocación. Dice que sólo la pasión por los videojuegos le permitió llegar hasta donde está ahora. Un punto que, hace dos años, ni siquiera podía imaginar. Se confiesa introvertido, pero Youtube le ha cambiado: "A veces estoy en el cine con mi novia y me saludan, me quedo un poco pillado porque todavía no lo asimilo". Matiza a renglón seguido que "la gente es encantadora, lo mejor de esto. No podría hacer nada sin la gente que me sigue y que me anima todos los días".

Tiene fama, pero una fama original que sólo concede Youtube. Medio millón de seguidores esperan a que suba una nueva grabación con los videojuegos que va comentando mientras juega, pero en Lena es un vecino más. Pocos saben en qué consiste su trabajo: "A veces me cuesta decir a qué me dedico. Me ven con esta pinta, digo que yo subo vídeos a internet sobre videojuegos, y flipan". Tiene 36 años, barba y los brazos tatuados. "¿Así que tú juegas a la consola?", le preguntan con cara de pasmo.

Es más que eso. Divide los juegos en "let's play" (capítulos) y va narrando las misiones de los personajes. Cuando se retrasa en la hora prevista de publicación, los seguidores empiezan a reclamar el vídeo en las redes sociales: "Es una rutina, hay gente que lo ve como una serie de televisión. Eso permite que llegue a un público muy amplio, no sólo a los que quieren conocer un videojuego", afirma, sentado en una silla frente al ordenador con dos pantallas que le ha llevado al éxito.

El reconocimiento no llegó nada rápido. La historia comenzó con un niño de 7 años al que sus padres le regalaron una consola Nintendo Next, en 1986. La quemó de tanto usarla. Siguió practicando y, en 2010, abrió un primer canal. "No me veía ni el Pirri. No había demanda para lo que yo estaba ofertando", asegura. No tenía público, pero los responsables de Youtube le seguían los pasos y denunciaron su perfil por un problema de copyright (un conflicto con los derechos de autor de los videojuegos). Volvió a la pantalla con su canal actual, en 2011, y ya no pudo dejarlo.

¿Cómo llegó el boom de Richar1979BetaCode? No lo sabe. Sabe que sus visitas subieron "poco a poco, siempre sobre seguro", y que un día alcanzó los 10.000 suscriptores. Lo celebró. Seguía trabajando ocho horas como soldador, "en una nave que me quitaba mucho tiempo", y grabando cuando llegaba a casa. Pronto 50.000 suscriptores. Recibió las primeras ofertas para promocionar marcas. Sentenció que no jugaría a nada que no le gustara, y sigue haciéndolo: "Todo lo que ves en mi canal está ahí porque lo disfruto".

Inició su promoción en las redes sociales. Abrió una cuenta de Twitter porque le parecía más personal que Facebook. No hizo estudios de mercado, ni un plan de marketing. Sólo asumió un mandamiento: contestar y comentar con todos sus seguidores. Horas robadas al sueño para volver a vestir las gafas de soldador a primera hora. 100.000 suscriptores. La placa conmemorativa de Youtube y una sorpresa cuando pasaba unas vacaciones en Galicia: "Unos chicos se hicieron un 'selfie' en el bar que está debajo de mi casa, ahí me di cuenta de que el canal iba en serio".

Llegó a un punto crucial en su carrera y arriesgó. Tiró el soplete, fue a la oficina de la empresa y pidió la excedencia. Un acto de valentía, reconoce, que sólo pudo permitirse porque contó con el apoyo incondicional de su familia y porque no tiene cargas. "Paso de los treinta años, tengo novia pero no tengo hijos ni hipoteca. Así que me decidí y fue lo mejor que he hecho en toda mi vida". Es su propio jefe, se dedica a lo que le gusta y tiene la impresión de que no trabaja, aunque no es así.

Cuando analiza su rutina diaria cae en la cuenta de que su actual profesión le absorbe más tiempo que aquella nave en la que soldaba. Se define como "un poco colgao" porque tiene horarios estrictos. Otros le llamarían metódico, una cualidad imprescindible para un "youtuber". Se levanta todos los días a las siete y media de la mañana y desayuna. Va al gimnasio dos horas y vuelve a casa. Café en mano, se sienta delante del ordenador y dedica un mínimo de dos horas a preparar, grabar y editar un vídeo. Come a las dos y vuelta al ordenador "hasta que me canso, lo malo es que yo nunca canso de esto". Desconecta para ver a sus amigos o a su novia: "A veces tienen que darme el toque".

Ser "youtuber" es su profesión soñada y nada le quita el sueño. Ni siquiera los "haters" (anglicismo que puede traducirse como "alguien que odia"): esos personajes que se multiplican al ritmo que aumenta la popularidad de una persona en internet y que se dedican a hacer críticas destructivas. Richar López no les hace caso. Asegura que "si alguien me dice que puedo mejorar en algo escucho y tengo en cuenta las recomendaciones, lo que sea para mejorar está bien. Pero si alguien viene y me dice 'tus vídeos son mierda' no hago ni el más mínimo aprecio".

Vive el presente porque el futuro es un poco incierto. No sabe qué será de su canal dentro de cinco o diez años, pero tiene claro que Youtube y otras plataformas de "televisión a la carta" seguirán creciendo progresivamente. "Se acabó eso de que cuatro tipos con corbata decidan desde un despacho la programación, lo que hay que ver y a qué hora. La gente quiere decidir desde casa". Y tras esa afirmación categórica, mira el reloj de pulsera y después la pantalla. No lo dice, pero es la hora de grabar. Le esperan cientos de miles de personas. La conversación termina. Enciende la webcam: "Muy buenas a todos, gente. ¿Cómo estáis? Bienvenidos de nuevo al canal". Richar1979BetaCode está otra vez al mando.

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