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"For honor", el padre de todos los combates

Vikingos, samuráis y caballeros metidos en un brioso desafío de acción frenética y espectacular

"For honor", el padre de todos los combates

El gran combate está a punto de comenzar. No es una escaramuza cualquiera, no es un enfrentamiento sin importancia, no es un choque al filo del olvido. Es una cita con la historia: una llamada a la épica en el sentido más literal del término. Algo inaudito que solo se puede vivir en el mundo irreal de los videojuegos. De los videojuegos que marcan el camino. En este caso, el camino de la supervivencia, el aprendizaje continuo, la corrección y recolección. Y es que For honor propone un desafío que va más allá del tiempo y el espacio: recoloca las piezas en el tablero de la Historia para ampliar los horizontes jugables a extremos que no admiten desfallecimiento. Ni huidas.

Menuda mezcla. Qué subidón de adrenalina cuando se tiene delante el lienzo de las batallas que pintaremos con nuestros trazos. Vaya espectáculo. Guerreros de todo tipo y condición (vikingos, samuráis y caballeros) que exigen a los jugadores una atención máxima para no ser derrotados a los primeros espadazos de cambio. Y no vale con dominar cuatro trucos para salir airoso. No: este desafío requiere esfuerzo, precisa de altas dosis de concentración, impone unas leyes de combate que excluyen la impaciencia, la improvisación y, por supuesto, los descuidos. Como era de esperar, desesperarse a veces significa alimentar la satisfacción cuando llega la victoria. A mayor dificultad, mayores logros. El escenario cuenta, la personalidad del rival importa. Las apariencias no engañan. No se te puede escapar ni un solo detalle: el lenguaje gestual del enemigo puede darnos las claves fundamentales para dirigir el ataque. O decidir la defensa. Hay muchas formas de pelear recurriendo a todo tipo de habilidades o argucias, y los reflejos son tan importantes como la fuerza. Además, lo que nos rodea puede darnos herramientas inesperadas de las que echar mano cuando más te desesperas. El planteamiento es definitivamente irresistible: hacer una especie de casting de los guerreros más temibles de la historia y obligarlos a luchar. Espadas, hachas, katanas. Acero: qué importante es este metal en el desarrollo del juego. Si queremos mejorar y atesorar, lo necesitamos.

¿Quieres realismo? Toma espada y media. Toda la tensión, el horror y la falta de piedad que cabe esperar en un combate a muerte se dan cita en la pantalla. Pero no es solo fuerza bruta: a lo bestia solo conseguirás que te eliminen a las primeras luchas de cambio. Sé inteligente, astuto, observador. Los movimientos del enemigo son tu salvoconducto para sobrevivir. Si te anticipas a sus decisiones, eres guerrero vivo. Hay cuatro tipo de héroes: vanguardia, pesados, asesinos e híbridos. Lo que vale para uno no vale para otros. Y viceversa. Siendo un juego orientado sobre todo al multijugador (el modo campaña sirve más bien como entrenamiento, no es muy largo), For honor presume de espectaculares gráficos que lucen de manera impactante en los momentos más épicos, cuando el fragor de la batalla se vuelve ensordecedor y nos vemos arrojados al mismísimo infierno de cabeza. Y ya puedes defenderla para que no te la corten?

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