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ÁNGEL RICARDO | Fotógrafo

"Con la fotografía de prensa es con la que más he disfrutado"

"Para lograr la exclusiva del primer ascenso invernal al Naranjo de Bulnes, en 1973, hice una temeridad: subí hasta la cima por la Canal de Camburero"

Portada de LA NUEVA ESPAÑA del 8 de febrero de 1973 informando de la gesta del Naranjo con las fotografías de Ángel Ricardo.

Fotógrafo de pulso firme y largo recorrido, el ovetense Ángel Ricardo es una figura de relieve en la prensa asturiana del último medio siglo. Profesional de prestigio y abanderado en la lucha por el reconocimiento del oficio, sus fotos han retratado la profunda evolución de Asturias en el último medio siglo. Colaborador de numerosas publicaciones, para LA NUEVA ESPAÑA cubrió acontecimientos como la primera escalada invernal a la cara oeste del Naranjo de Bulnes, en 1973. A sus 69 años, Ricardo, que continúa en activo, recibe a LA NUEVA ESPAÑA para repasar sus "Memorias", que se publican en esta primera entrega y en otra más, en la edición de mañana.

Inicios. "Empecé a hacer fotografía con José Luis Piñera, que era un fotógrafo que trabajaba para 'La Voz de Asturias'. Yo tenía 14 años, y alternaba hacer fotografía con estudios de contabilidad. Mi primer trabajo fue en una empresa que se llamaba Hidrocivil, que hizo bastantes obras en Asturias, como el Salto de Miranda. De aquélla, yo empecé trabajando de botones. Después, cuando iba a pasar a administrativo, la empresa cerró. Pasé entonces a otra empresa, el Centro Distribuidor de Publicaciones, que estaba en Gil de Jaz. Allí trabajaba como contable, y lo compatibilizaba haciendo fotografías para 'La Voz de Asturias' ".

"La Voz". "Después ya entré en plantilla en 'La Voz', primero trabajé en el fotograbado y lo alternaba con la fotografía. El fotograbado es casi la prehistoria. Antes había unos cajistas y unas linotipias donde se hacía el texto, sobre una superficie plana, se componía la página y se reservaban unos espacios para las fotografías. Yo lo que hacía era el grabado de las fotografías, se preparaban unas chapas de cinc, después de sensibilizarlas y insolarlas con la película de las imágenes tramada se metían en ácido y quedaba el grabado de la foto en puntitos. Se prensaba en un cartón húmedo el texto maquetado de la página y éste se ponía en un semicírculo, y después se inyectaba plomo fundido. El resultado era una teja en plomo y en los espacios reservados para la fotografía se pegaba el grabado de cinc, las tejas se metían en la rotativa y a imprimir, al ir el grabado pegado en la teja el resultado eran imágenes de más calidad. Yo alternaba mi trabajo como fotógrafo con esta labor. El trabajar con ácido tenía cierto peligro: una vez vino un ingeniero a ver el trabajo, y me ayudó a trasladar una garrafa de ácido. Al día siguiente volvió y me dijo: '¿Sabes lo que me pasó ayer? Estaba en la cafetería San Remo, tomándome algo, y había unas chicas en la mesa de al lado que no hacían más que mirar para mí y echarse risitas. Yo pensaba que había ligado, hasta que me di cuenta que tenía unos agujeros tremendos en los calcetines, porque me cayeron gotas al trasladar el ácido' ".

Sueiro. "En 'La Voz de Asturias', al principio, yo no podía firmar las fotos porque no tenía 18 años, y antes para ser fotógrafo el Sindicato exigía tener esa edad. Recibí alguna denuncia, pero Jorge Víctor Sueiro siempre me solucionaba el problema, para mí era como un padre y era el subdirector de 'La Voz', una persona excepcional, siempre me protegía. Contra el administrador incluso. Después de dejar 'La Voz' se fue para Madrid, y yo siempre que iba para allí, a hacer un curso o algo, le visitaba y pasábamos el día juntos. Le gustaba Madrid, decía que tenía una gran ventaja: que se podía cambiar de trabajo sin cambiar de casa. Aquí en Asturias, en aquella época, era la región que más periódicos de la mañana tenía, más que Madrid o Barcelona. Sumando los de la tarde, no, pero sólo de la mañana sí. Tenemos una tradición periodística muy importante, y de aquí salieron grandes profesionales como Balbín, De Juana, Diego Carcedo... y mis queridos amigos Faustino Álvarez (que su primer reportaje lo hicimos juntos), Evaristo Arce, Guillermo García-Alcalde...".

Firma. "Recuerdo que las primeras fotos que me firmaron fueron las del incendio del asilo de Pola de Siero (noviembre de 1965). Luis Arrones estaba terminando un trabajo, y su mujer le estaba esperando en el coche porque iban a ir, no sé si a cenar o a algún espectáculo, porque él escribía bastante de música. El caso es que nos llamaron, quizás el corresponsal de la zona, y su mujer para casa y nosotros para la Pola. Cuando llegué, me puse a hacer algunas fotos y unas personas salieron corriendo detrás de mí. Me tuve que meter en un barrizal para escapar. Me llené de barro hasta los tobillos. Y gracias a este reportaje y por la sugerencia de Luis Arrones se recaudó una cantidad importante de dinero en el programa de radio "Ustedes son formidables", de Alberto Oliveras".

Versatilidad. "Siempre alterné la fotografía de prensa con otros géneros, abarcando todos los campos: industrial, publicitaria, para libros... Con la fotografía de prensa es con la que más se disfruta, pero con la que menos se gana. Ilustré muchos libros, como el 'Libro de Oviedo', el 'Libro de Gijón' y el 'Libro de Asturias'. Y varios tomos de la 'Historia de Asturias' de Ayalga. Y también hice mucho retrato. Siempre me encargaron fotografías de presidentes del Principado, del Parlamento, arzobispos, para las campañas electorales de todos los partidos políticos, etcétera".

Bahamontes. "En 'La Voz' estuve hasta los 19 o los 20 años. De aquel tiempo, recuerdo haber ido a hacer fotos a Bahamontes, que se hospedaba en La Paloma, en la calle Argüelles. Iba con Ricardo Eguren y en 'La Voz' llevábamos un flash de bandolera, que no funcionaba muy bien y había que golpearlo. Yo era un renacuajo de nada, y Bahamontes me decía: '¿Saldrán las fotos, chavalín?'. Y le contestó Eguren: 'Sí, sí, sí, es muy buen fotógrafo'. En aquel tiempo, 'La Voz' tenía muy buenos periodistas, gente como Esteban Greciet, Coronas, Julio Ruimal, José Luis Ávila, Isaac Rubio, Pablo Segura... Una excelentísima redacción. Después de 'La Voz' trabajé con Nebot un par de años. Y después ya me independicé, antes de ir para la mili. La hice en Tenerife, y colaboré con algún periódico de allí, lo que me servía para tener un pase y no pasar retreta".

LA NUEVA ESPAÑA. Colaboré muchos años con LA NUEVA ESPAÑA. Un trabajo que tuvo bastante repercusión fue el primer ascenso a la invernal de la cara oeste del Naranjo, protagonizado por Pérez de Tudela, Ortega, Lucas y García Gallego, en 1973. Habíamos ido, por LA NUEVA ESPAÑA, José Manuel Vaquero y yo, y estaba también por allí Melchor Fernández Díaz. Pasábamos el día escuchando la emisora, por si había avances, y yo, como estaba como colaborador, si no hacía fotos no tenía ingresos. Estaba perdiendo de hacer otros trabajos importantes, así que opté por subir arriba. Fue una burrada lo que hice, pero no me di cuenta hasta que iba por la mitad del camino. Después fui montañero, pero de aquélla no tenía ninguna capacidad física para hacer lo que hice. Hablé con el corresponsal de Arenas, que se llamaba Caso, que a ver si buscaba alguien que me acompañase para subir hasta el Naranjo. Me buscó a un chavalín. Cogí un magnetofón Philips, una cámara 6x6 para hacer diapositivas, la Nikon con varios objetivos... un equipo que pesaba. Y allí fuimos el pastor y yo, a Bulnes y después por la Canal de Camburero para arriba".

Ascenso. "En el camino nos encontramos unos montañeros muy bien equipados, con crampones, piolet... Uno de ellos era un linotipista de LA NUEVA ESPAÑA. Yo iba con unas chirucas, que llevaba ya los pies empapados. Cuando empezamos a subir ya entendía lo bien equipados que iban: aparte de que era una pendiente terrible, estaba en unas condiciones que no se podía ir de chirucas. Fue una temeridad. Pero llegué hasta arriba, y por el camino había veces que me daban calambres por el esfuerzo y tenía que clavar el bastón en el hielo y quedarme en cuclillas hasta que podía incorporarme. Nunca deseé ser un pulpo más que en aquella subida; había planchas de hielo y había que romperlo como se podía, con los bastones, para tener puntos de apoyo. Si caigo por allí, me estarían buscando todavía. Fui el único que llegó arriba, que hice foto de la escalada y que se publicaron al día siguiente. El pastor, aquel chavalín, iba andando delante de mí y yo le preguntaba si íbamos bien, porque ya era de noche y sólo teníamos la luz de la luna. 'Sí, sí, que me acuerdo de esta piedra', me decía. A mí me parecían todas las piedras iguales. Cuando llegamos a Bulnes era noche totalmente cerrada. Había una pareja de la Guardia Civil y algún familiar del pastor, nos echaron la bronca, diciendo que si estábamos locos, y este familiar nos dejó una linterna para ir desde Bulnes a Poncebos".

Exclusiva. "Me esperó Carlos Rodríguez, que fue redactor y director de Radio Nacional, regresé con él a Oviedo. Llegaríamos mas tarde de las doce a redacción y Juan de Lillo, que era jefe de cierre, levantó varias páginas del periódico para dedicarlas a la escalada. Teníamos la exclusiva: aparte de mí, sólo lo había intentado Isaac Rubio, que trabajaba para 'La Voz de Asturias' y trató de ascender con un compañero, José Manuel. Pero ellos no llegaron, tuvieron que hacer noche por el camino y casi se mueren de frío. Me contaron ellos que estuvieron en una grieta de una roca, abrazados uno al otro pasando la noche. De Lillo puso un titular a siete columnas, todo el ancho del periódico, y la siguiente línea bajo el titular, el sumario, me mencionaba a mí. Porque allí en aquel momento habría más de 200 periodistas de toda España, que se quedaban en Potes y en distintos sitios, porque no había dónde quedarse. Y fuimos los únicos que publicamos el reportaje gráfico al día siguiente. También cubrimos el Giro de Italia junto con Melchor Fernández en la época de José Manuel Fuente, 'El Tarangu', y el Tour de Francia lo cubrió mi hermano José Luis, también con Melchor Fernández".

Prensa. "La prensa es un veneno, como una droga que no se puede dejar nunca. Muchas veces mis fotografías terminan en los medios de una forma indirecta. Pertenezco a la Asociación de Fotoperiodistas Asturianos y también a la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión, en la cual estuve en la junta directiva y soy el delegado aquí en Asturias desde hace muchos años. Siempre se luchó por los derechos de los fotógrafos, costó mucho que nos reconociesen enfermedades laborales, como los problemas de espalda. Siempre lo teníamos medio conseguido y después cambiaban al Ministro y teníamos que empezar de cero".

Segunda entrega mañana, lunes:

"Acabé en comisaría por cubrir una manifestación contra la guerra de Vietnam"

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