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Barrer para casa

"Seremos autores y testigos de lo que suceda con el cambio climático"

"Se está creando conciencia para cuidar la naturaleza, ahora es inconcebible que un tío salga con una escopeta a matar un oso; es evidente que hay una labor hecha para proteger los santuarios de la fauna"

Joaquín Gutiérrez Acha. DEMELSA ÁLVAREZ

Joaquín Gutiérrez Acha está sorprendiendo en las pantallas de cine con "Cantábrico", un documental que revisa la naturaleza de la cordillera Cantábrica a través de las tres comunidades que comparten su territorio: Asturias, Castilla y León, y Cantabria. El filme compite desde el pasado 31 de marzo con los estrenos del cine comercial y aguanta el tirón en las salas.

Gutiérrez Acha se hizo naturalista cuando vivía en Villaviciosa. Al salir de clase se iba al monte "a ver reptiles, culebras...". Con esa afición nacida en la Villa y también con los programas de Félix Rodríguez de la Fuente le entró el veneno de la naturaleza. Hasta llegar a ser el primer documentalista español en conseguir financiación y apoyo de National Geographic Television & Film, BBC (Natural History Unit) y Canal Plus Francia y España, entre otras compañías.

Tiene una extensa obra que se consolidó ya en el año 1997 con "El latido del bosque", rodada en el parque natural de Los Alcornocales, a la que sucedieron "El diablo de los matorrales", "Los caballeros armados", "Las montañas del lobo" y "El lince ibérico", entre otras producciones. Antes de "Cantábrico" realizó "Guadalquivir", siguiendo el curso del río, que estuvo nominada a los premios "Goya". Acha tiene especial cariño a estas dos obras.

Es un convencido de que el cambio climático está dando la vuelta a las costumbres de los animales, y también de que en España aumentó la educación en el cuidado de la naturaleza, de que la gente se ha concienciado. Entiende que en su profesión hay bastante intruso, lo que hace gran daño a los documentalistas. Y está convencido de que en el conflicto con los lobos debe de ser la Administración la que tome el mando: "Ni deben morir los animales, ni matarse lobos", argumenta.

- "Cantábrico" en el cine, ¿qué reacciones observa?

-Muy buenas. He recibido las últimas cifras y son cerca de 80.000 espectadores, que es una pasada. Que la gente pague para ver su naturaleza es novedoso en España. Ha tenido más espectadores "Cantábrico" que algunos estrenos mundiales. Ya llevamos desde el 31 de marzo y sigue en cartelera. En Asturias ha barrido literalmente; llenos en Gijón, en Oviedo y en Avilés. Es muy emocionante para mí que en Asturias haya funcionado bien. Hay otros sitios, como Cistierna, en León, en los que hubo llenos absolutos. Gente emocionada que escribió alguna carta al periódico.

- ¿De dónde le viene la pasión por la naturaleza?

-De la Villa, de mi época en Villaviciosa. Yo era de los que llegaban del colegio y marchaban para el monte. Hice toda mi Primaria en el colegio San Francisco, con un profesor, Luis Cortés, cuyo hijo, Juan Cortés, es un gran naturalista y amigo personal. Este hombre inculcaba esos valores, contaba historias, hablaba de los lobos... Y yo salía de clase y me iba al monte a coger reptiles, culebras. Ya con los programas de Félix (Rodríguez de la Fuente) te enganchabas. "El hombre y la Tierra" fue decisivo para mi generación. Y creo que eso está volviendo.

- ¿Por qué?

-Mi hija, que estuvo conmigo en El Puerto de Santa María en Semana Santa, me contó que iban a ver "Cantábrico" sin que su entorno supiera que era yo el director. Pensábamos que íbamos a meter en el cine los 10.000 de siempre, pero hay 70.000 más que han escogido "Cantábrico" entre la oferta de la cartelera.

- Estábamos en Villaviciosa...

-Pues yo viví allí entre los 8 y los 15 o 17 años. Me crié en la Villa. Mi padre trabajaba en la Nestlé y lo trasladaron allí. Primero estudié en Villaviciosa; por cierto, me llamaron porque quieren estrenar la película en el teatro Riera. Luego estudié el Bachiller en los Dominicos de Oviedo. Me acuerdo de que íbamos con un microbús y yo me mareaba, era una movida ir allí. Ésa es mi vinculación con Asturias. En Villaviciosa supuso vivir en un entorno de naturaleza; ahora la Villa creció pero entonces estaba metida en el monte y, además, con la ría. Estábamos todo el día pajareando.

- Así que Félix Rodríguez de la Fuente es su referente.

-De la infancia. Ahora no lo veo como entonces. Era el mejor y el peor porque estaba solo. Sí es verdad que ves que se podía hacer mejor, pero lo importante es lo que difundió y que enganchó a mucha gente. Una generación entera que se movió con el estímulo de Félix. Porque uno se dice "qué forma de vida más bonita". Empecé Biológicas y dejé la carrera. Luego empecé a escribir artículos desde el primer número de "Natura" y en otras muchas revistas.

- ¿Y el paso al documentalismo?

-Empecé con celuloide, con película. Hice una con algunos socios. Compramos una cámara de segunda mano porque era todo carísimo. Hicimos una de camaleones por la zona de Cádiz, creo que la titulamos "Los últimos días del camaleón". Ganó un premio nacional del concurso Naturama del Icona. Luego compró la película Canal Plus.

- ¿Los documentales son otro mundo?

-De la mano de Canal Plus empecé una serie de producciones muy buenas, como "El latido del bosque", primera producción española en National Geographic. Es decir, trabajando con ellos. Luego fuimos los primeros en trabajar con la BBC, con un trabajo sobre mangostas, que son pequeños carnívoros, como una serpiente peluda. Grabamos escenas impactantes, como la madre con sus cachorros uno detrás de otro.

- ¿Y qué le ha impresionado más?

-Mi territorio es España. Tenía muy claro que desarrollaría mi trabajo en España. No tiene sentido ir a filmar leones cuando hay gente haciéndolo constantemente, expertos que incluso viven en el lugar idóneo todo el año. Yo nunca había filmado un oso hasta que subí a Asturias, o un lince. Con el lince tuve experiencias bonitas. En una ocasión captamos a la madre con sus cachorros. Cazaron un mufón, un carnero salvaje. Y ver cómo lo entierran por la noche impresiona. Lo tapan y se piran. Yo tengo alguna foto. Los carneros salvajes están incluso en las fincas de caza, en los cotos. Bien, lo que hace el lince es engancharse del cuello y lo va ahogando. El que vimos tenía los dientes clavados en la garganta. Va colgado hasta que cae. Filmamos y vimos cómo lo enterraba.

- Porque lo suyo es captar la vida de los animales...

-Sí, me preocupa más de qué hablan los animales, que cuenten su vida secreta, su vida privada.

- Hay cierto tipo de documental televisivo que provoca cabezadas.

-Los de La 2 están mal programados; además, no hay filtro. Te ponen un documental de una chinche con un tío hablando una hora de la chinche, y la chinche no hace nada. Eso no da la calidad. Digo la chinche como ejemplo. Quiero decir que no es lo mismo que grabar el mirlo acuático saliendo de la cascada. Si pongo el mirlo en un sitio y me dedico simplemente a contar las maravillas que hace... eso no puede ser; eso es reventar el oficio y aburrir a la gente. Y esto, así, se va al traste.

- ¿Hay mucho intruso en la profesión?

-Sí los hay. A mí me pasó. De ofrecerme una serie y meterse por medio una persona que se dedica a otra cosa y hacerla más barata. Ahora hay mucha cámara asequible que hace vídeos y los trabajos se regalan. Hacen que el mercado del documental se vaya perdiendo. El intruso lo empeora.

- ¿El cambio climático es tal cual se dice?

-No soy experto, pero noto una descoordinación en el monte que antes no había. Y hay animales que lo sufren. Por ejemplo, los urogallos. Los animales están muy despistados; de pronto sequía, de pronto torrentes de agua. El animal no sabe si tiene que emigrar o si es el momento de la cría. Cambian muchas cosas, como que hay animales que se quieren quedar porque los inviernos son muy suaves. Y si las cigüeñas no migran? en fin, es todo una cadena que va unida y no es conveniente que empiece a fallar.

- ¿Si se arregla el cambio se ralentiza el progreso?

-Pues lo de los gases de efecto invernadero y todos esos asuntos son una evidencia. Sube la mar, se calienta el agua, todo está cambiando. Seremos autores y testigos de todo lo que está sucediendo.

- ¿España está educada en estos asuntos ecológicos?

-Cada vez hay más educación. Se está creando una conciencia entre todos. Ahora es inconcebible que alguien salga con una escopeta a matar un oso. Es evidente que hay una labor hecha para proteger los santuarios donde vive la fauna. Por ejemplo, al lado de cada lince hay un control exhaustivo. Se está creando conciencia. Por eso digo que los que van a ver "Cantábrico" serán los futuros directores de parques y los ministros de Medio Ambiente.

-¿Cuál es su opinión respecto al conflicto con los lobos?

-Hay una guerra abierta entre el lobo y el hombre que no es nueva. La Administración tiene la herramienta para arreglar esto. La Administración tiene que pagar. Todo menos matar al lobo; el lince mata gallinas y no por eso se mata a los linces. Ya digo, cualquier solución menos matar al lobo, es el lobo ibérico. La Administración tiene que hacerse cargo. Pagando los daños del lobo bien peritados. Y que esos pagos lleguen con prontitud. Yo soy activista desde otro punto de vista. Divulgando se hace más fácil entenderlo. Hay que tomar medidas para que no mueran los animales, y no matar lobos. La gente de la Administración tiene que reaccionar. Ya se ha matado una cantidad importante de lobos de una manada que sale en "Cantábrico". Hay una picaresca, te doy un precinto para matar un lobo, y si no me ven mato otro y otro. Y me puedo cargar una manada entera. Y esto es lo que pasó con los que faltan de esa manada que sale en "Cantábrico". Se denunció a la persona que lo hizo.

- "Guadalquivir", su otra película de referencia, estuvo nominada a los "Goya", ¿qué opciones le ve a "Cantábrico"?

-Yo creo que a "Cantábrico" se lo debían dar. Como documental ha dicho mucho. No sólo lo sentimos nosotros, sino la gente que fue a verla. Por la naturaleza, más que por nosotros, le vendría muy bien un "Goya" a "Cantábrico", que, junto a "Guadalquivir", es lo mejor que hemos hecho. Es una experiencia ver esto en cine. Algo está cambiando.

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