Ni la una ni el otro

Fallida comedia en la que lo mejor se encuentra en el último tercio de la película

Aunque parezcan muy similares, la comedia familiar francesa y la estadounidense tienen algunas diferencias. La más importante se ve desde el principio: en Francia, todos están más juntos. Eso crea roces más violentos y frontales, como en la reciente "Un dios salvaje" de Reza, adaptada al mundo neoyorquino (vamos, europeoestadounidense) por Polanski. En USA se disparan porque todo es enorme y queda lejos. Solo ir a pegar de patadas a alguien te requiere de un esfuerzo físico del que te libra cualquier recortada, un método mucho más fácil y barato. Francia no es así, por eso, cuando una pareja se quiere separar, las confrontaciones son continuas y de cara. Con toda la amabilidad posible, a ratos disfrazada de radicalidad, Bourboulon desintegra a una pareja mientras se separan. Hay tiempo para la realización plana, para el costumbrismo, para un niño con mofletes riquísimos y para una canción de David Bowie que sirva, cómo no, de enlace con la gran comedia familiar de USA por mucho que quiera acercarse a "Relatos salvajes".

"Papá o mamá" se enfanga en modelos difíciles de imitar y acaba, se ve venir, en desgracia. Se le agradece el esfuerzo de protagonistas totales a Laurent Laffite y a Marina Fois aunque, a base de gestos, jamás consigan lo que se proponen. Ellos y la extraña sensación de que lo mejor se encuentra en su último tercio, algo raro en un filme de este tipo, hacen que "Papá o mamá" importe un poco menos que poco.

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