Crítica / Música

Terrible y divertido Pérez

Si quiere divertirse, incluso reírse en ocasiones a carcajadas, y disfrutar con una música sin grandes pretensiones pero que funciona a la perfección como elemento esencial en el espectáculo, "El terrible Pérez" es su título. ¿Que no la conoce? Yo tampoco hasta acceder a su DVD, ya que es una obra recuperada gracias a una labor de equipo liderado por el propio Nacho de Paz, impulsado por la Fundación Guerrero. La parte teatral, a pesar del típico y tópico enredo, atrae el interés del espectador con facilidad, con la natural gracia con la que brota del libreto. Los actores Javier Lago, José Luis Alcobendas y Balbino Lacosta, hasta uno de los mejores actores cómicos del panorama como es Carlos Crooke, así como los cantantes, hacen un excelente trabajo escénico. Como cantante principal destacó, en el papel que da nombre al título de la obra, Eduardo Santamaría, excelente en todos los aspectos, pegado al rol, vocalmente impecable. Como voz cantante, la premiada en Oviedo Ruth Iniesta -el Campoamor y sus premios líricos, hay juez y parte-, ofreció una "Teresita" igualmente modélica, con un canto limpio y claro. El excelente tenor Francisco J. Sánchez hace, en esta ocasión, un papel más de actor-cantante, que borda de principio a fin, con una presencia en el escenario continua, casi podría titularse la obra "Concordio y sus amigos". Teatralmente Sánchez mantiene la elegancia de su propia voz, que en esta obra no tiene una dimensión importante, quizás por eso el audible Do de pecho que dio al final del guiño asturiano de propina del "Xuanón" de Moreno Torroba, le serviría como un pequeño resarcimiento. El barítono asturiano David Menéndez casi se puede decir que hace una intervención estelar. No tiene papel relevante, se podría incluir, como se ha hecho con otras piezas para alargar la duración de este título, alguna otro fragmento para barítono, para aprovechar una voz de la calidad y quilates del cantante del avilesino. Las cuatro pantaloneras hacen un papel de cierta dificultad, digno de mención, aunque trabajar algo más la coordinación corporal entre ellas redondearía su actuación. Pilar Jurado es una artista poliédrica, con una formación musical incontestable. El papel de la cupletista "Cocotero" podría servir, casi, como un homenaje a su, cuando menos, peculiar, brillante y mediática -nada improvisada-, trayectoria artística y marcada personalidad, pero vocalmente difícilmente se entiende su idoneidad para el papel.

La producción es modesta en comparación con lo que cuestan las grandes producciones líricas, pero tal y como está resuelta la versión escénica de Paco Mir, no se echan en faltan medios extraordinarios. Si una producciones pueden llegar a costar cientos de miles de euros, que producciones como estas que probablemente no llegue a los 90 mil, es un triunfo, y un aviso a navegantes, de tierras no muy lejanas. Aquí se han empleado muchos miles de euros en una producción de zarzuela asturiana confeccionada como un popurrí, que ahí quedó. El director de orquesta ovetense Nacho de Paz fue el artífice de esta recuperación del que se han hecho solo dos funciones, una en Cuenca en su reestreno y ahora en Oviedo, ambas con la orquesta Oviedo Filarmonía entregada al proyecto, y que él ha llevado directorialmente de la mano, con conocimiento milimétrico de la obra, chispa musical y mucha energía en la batuta, aunque esta vez no la ha utilizado.

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