Cannes

Asturias siempre en el recuerdo. El director estadounidense Woody Allen, que ayer presentó a la prensa en Cannes su última película, «Vicky Cristina Barcelona», rodada en la ciudad catalana y Asturias, afirmó en una entrevista con un grupo de periodistas que planea volver a situar un filme en España, que podría ser en Madrid o San Sebastián, y aprovechó para elogiar el área histórica de Oviedo, ciudad con la que mantiene un especial idilio desde que recibió el premio «Príncipe de Asturias».

Vista la película en un pase para la prensa -hoy tendrá su estreno en la alfombra roja-, se puede concluir que Allen muestra una Barcelona brillante, colorista y con un amplio paseo por los barrios de la ciudad, aunque se queda en la imagen más turística. Desde los puestos de flores de las Ramblas hasta los principales edificios de la arquitectura de Gaudí, Allen cambia su tradicional escenario neoyorquino por las calles de Barcelona y, en menor medida, de Asturias. La película tiene como protagonistas a dos jóvenes turistas estadounidenses (Scarlett Johansson y Rebeca Hall) que viajan a Barcelona, donde conocen a un pintor (Javier Bardem) y a su ex esposa, Penélope Cruz. Bardem es el anfitrión de las jóvenes tanto en Barcelona como en Oviedo, ciudad que muestra con más cariño. Apoyado en una preciosa y colorista fotografía de Javier Aguirresarobe, Allen trata de hacer que los estadounidenses quieran conocer la Ciudad Condal. Además de Barcelona, Allen nos muestra preciosas imágenes de Asturias. Tampoco se sale del guión en la capital asturiana, donde Bardem, Hall y menos Johansson recorren algunas de las calles de su casco antiguo y visitan el Prerrománico de Santa María del Naranco. Y, como todo se queda en ruta turística, paseamos hasta por el hotel de la Reconquista. A pesar de todo, Allen no se resiste a hacer aparecer Nueva York, aunque sea sólo unos segundos, y uno de sus puertos de la zona Sur.

«Me gustaría filmar de nuevo en España», dijo horas antes Allen, que precisó que tras el filme que está finalizando en estos momentos en Nueva York empezará a hacer una «serie de películas» y probablemente será en Europa. «Y, ciertamente, me gustaría hacer una de ellas en España, si puedo, porque tuve un muy buen momento en Barcelona. Fue muy agradable para mí», agregó. Respecto a dónde rodaría exactamente, señaló que podría ser en Barcelona, pero que no le importaría rodar en Madrid o San Sebastián. «Sólo descubrí España hace 8 años, cuando fui a mi primer concierto de jazz allí. Antes de eso no había estado en ningún sitio de España. Y, desde entonces, el primer lugar en el que estuve fue en Madrid, y simplemente me encantó». Al día siguiente, estuvo en Barcelona, que también le gustó mucho, y de ahí el rodaje de su película, y, a continuación, en toda una serie de ciudades en España, cada una con un encanto y muy diferentes entre sí, explicó. Allen resaltó que le gustan las áreas históricas, y en ese sentido citó Oviedo, San Sebastián y Bilbao, y afirmó que cada una de ellas tiene su propio interés. Por ello explicó que intentará «escribir una historia para una o dos ciudades en España» y, como condición, que esos lugares «sean agradables para que viva mi familia en ese período de tiempo».

Allen está encantado con Bardem y Cruz, a los que calificó de «exóticos», «extremos» y «grandes actores». Incluso llegó a decir que le gustaría «poder ser como Javier en esta película».

Mientras, cuando faltan pocas horas para el estreno de la cuarta entrega de las aventuras de Indiana Jones, la «indimanía» se ha apoderado de Cannes. Harrison Ford y el resto del equipo ya están en Cannes y su presencia ha comenzado a provocar la caza de la foto o del autógrafo. Con apretada camiseta gris, el actor, de 66 años, no hizo ningún gesto a sus seguidores. Horas antes, otros tantos fans pudieron verle más de cerca junto a su novia, Calista Flockhart, y al resto del equipo de la película -aunque nadie pudo ver a Steven Spielberg- para hacer una serie de entrevistas.