El mejor "bartender" está en Gijón, y los cócteles más originales, también. Concretamente en el bar Varsovia, y de la mano de Borja Cortina, propietario del negocio y reciente vencedor de la sexta edición de la "World Class Competition", el certamen en el que se elige al mejor preparador de cócteles de España que le acaba de dar el pasaporte, por añadidura, al certamen internacional que se celebra a finales de agosto en Sudáfrica.
Gijonés de 38 años lleva siete preparando combinados, a base de "formación constante, mucho trabajo y mucha prueba y error hasta conocer perfectamente todos los sabores y con qué maridan bien". Un bagaje que le ha llevado a numerosas finales, y finalmente, al primer premio en el certamen más importante de España, una guinda a un pastel compuesto de sabores dispares.
Porque Cortina ha sabido combinar de manera magistral los ingredientes con los que ha conquistado a tres jurados que le han aupado a lo más alto del certamen. Lo ha logrado después de pasar por numerosas pruebas en las que compitió con medio millar de profesionales de toda España. El "camarero total" ha debido superar retos de velocidad, improvisación e inspiración, con una amplia carta de bebidas que le han permitido, en la fase clasificatoria, crear bebidas inspiradas en el mar, con productos como el oricio, las algas y la sidra de hielo.
Una vez en la final, tuvo que enfrentarse a una prueba de velocidad para crear seis cócteles clásicos en ocho minutos, con la clave de "pautar los tiempos para mantener cada bebida en su temperatura ideal", explica.
La más compleja fue la fase de maridaje, estructurada en dos partes. El la primera tuvo que elegir un plato de entre tres menús diferentes para componer un combinado de acompañamiento. Escogió una hamburguesa clásica y decidió "meter en el cóctel el resto de ingredientes que llevaría una hamburguesa más elaborada". A saber: salsa de queso cheddar y pimiento, salsa barbacoa, sirope de cebolla pochada, bourbon y limón. Bien agitado y con toda una historia de la América profunda y cinematográfica como envoltorio, Borja Cortina presentó su creación camuflada en una bolsa con palomitas de maíz, con sal ahumada y bacon, para tomar al modo de los años de la Ley Seca y acabar de sorprender al jurado. Lo consiguió con creces, y remató elaborando un cóctel con tequila y apio para acompañar una coca de sardina ahumada con pisto en la segunda parte de la prueba.
Ahora tendrá que enfrentarse a otros 49 ganadores nacionales de todo el mundo, en un maratón de 10 pruebas que ya está empezando a preparar. "Es mucho trabajo, sobre todo ahora que estamos en verano, pero merece la pena", asegura. Y, además, es un gusto.
