Pegarse un buen chapuzón en la piscina para apagar el calor es uno de los alicientes del verano, aunque el de este año, en Asturias, destaca más por los días nublados y lluviosos que por el buen tiempo. En este verano atípico, no pocos son los que se resguardan en sus casas o salen a tomar un café para matar el tiempo libre. Sin embargo, cuando "Lorenzo" sale y hace brillar sus rayos, los vecinos de la comarca de Avilés corren a coger los bártulos y a meterlos en sus coches para disfrutar de un día a remojo.

Las piscinas de Sollovio (Illas) y Trasona (Corvera) son dos de los grandes reclamos para aquellos aficionados que buscan pasar un día soleado en la comarca. "La verdad que lo pasamos genial. Los críos se divierten mucho y hacen amigos rápidamente por lo que se nos hace bastante ameno venir", apunta Laura García, vecina de Los Campos. Ella, como tantos otros, disfrutan de los días soleados en las piscinas de Trasona donde un día en el que la meteorología acompañe se pueden juntar centenares de personas.

"Venimos por la mañana; hacemos unos bocadillos, nos vestimos y vamos directamente a la piscina. Hemos creado una pandilla y no pasamos tanto agobio de gente como si fuéramos a la playa", afirma Luisa Goleón, residente en Avilés. A Estefanía Martín, "Fani", también le gusta pasar los días soleados en las piscinas de Trasona. "Desde que conozco estas instalaciones hace aproximadamente tres años, no he vuelto a la playa. Aquí los niños se lo pasan genial, juegan con otros y hacen grupos; nosotros los padres también conocemos a otros padres de niños y nos vamos haciendo amigos", destaca esta avilesina.

Otro gran atractivo del verano asturiano está en Illas. Las piscinas fluviales de Sollovio suelen estar llenas estos meses de verano, pero éste en concreto, la afluencia está siendo más escasa que otros años. Conchi González, adjudicataria del bar de las piscinas de Sollovio, reconoce que el mal tiempo está pasando factura: "Este año está viniendo poca gente porque siempre está nublado y nunca solemos tener buen tiempo. La temporada estival no está yendo como nos gustaría, pero cuando sale el sol, las piscinas están rebosantes de niños con sus familias". En las fechas de mayor afluencia, incluso el prao de Illas se puede quedar pequeño para acoger a la decenas de personas.

Desde hace unos veranos, muchas son las familias que prefieren tirarse en las toallas y en el prao antes que en la arena. Raquel Jiménez es avilesina. Para ella, el único inconveniente que se le pueden poner a las piscinas es la afluencia de los domingos. "Todos los días se está muy bien en la toalla y podemos controlar a los niños de cerca, pero es cierto que los domingos la gente no trabaja y viene más. Se nota porque se llena y ya no existe la comodidad que puede haber durante la semana".

Los días en los que el buen tiempo no acompaña también se pueden encontrar valientes dándose un baño en las piscinas. Este es el caso de María González y Claudia González, de Avilés y Grao. Cuando pueden, estas dos pequeñas aprovechan para pegarse un chapuzón en Sollovio. "No solemos venir mucho porque no está haciendo buen tiempo, pero cada vez que se puede pasamos el día juntas aquí", finalizan estas amigas mientras se bañan en el agua.