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Lucía Galán: "Mi nuevo libro es un acto de valentía"

La pediatra ovetense publica "Eres una madre maravillosa" tras el arrollador éxito de su primera obra y en plena vorágine de conferencias, en las que disfruta del contacto emocionante con la gente

Lucía Galán: "Mi nuevo libro es un acto de valentía"

Jonay, el niño con alas. Álvaro, el niño con la sonrisa más bonita del mundo. Natalie, el ángel mensajero. Son algunos de los protagonistas de Eres una madre maravillosa, el nuevo libro de la pediatra y escritora asturiana Lucía Galán Bertrand (Oviedo, 1978), que llegará a las librerías a finales de enero cuando su obra anterior, Lo mejor de nuestras vidas, aún sigue cosechando ediciones: ocho en ocho meses. Galán sigue compaginando el frenesí de una gira de conferencias con su activa presencia en las redes sociales y sus consultas en Alicante, donde reside. Y, sobre todo, sigue ejerciendo de madre de dos hijos.

Está "especialmente orgullosa" de su segundo libro: "Ha sido una experiencia reveladora como autora. Hay mucho de mi vida y de mi maternidad en él, y también de mi faceta como pediatra y como mujer. Es un acto de valentía. El primero ponía el foco en los niños y ofrecía muchos recursos a los padres para vivir este camino desde la tranquilidad. Eres una madre maravillosa dirige el foco hacia los adultos. Es más maduro, da paso adelante en la crianza de los niños y no tan limitado a los primeros años. Es hora de hacer balance con todo lo que supone la experiencia: lo que ganas, lo que pierdes, lo que sacrificas, lo que consigues... Luces y sombras. Muestro la maternidad como a mí me hubiese gustado que me la hubieran contado. A la gente le gusta contar lo bien que le va en la vida y lo perfecta y maravillosa que es, pero la realidad no es siempre así. Cuesta compartir las sombras. Y hay que compartir alegrías, sí, pero también las penas. Me gustaría que el libro ayudara a quien lo hace a sentirse liberado y, al mismo tiempo, que quien las lea se sienta identificado. La maternidad es un viaje en el que todos paramos en las mismas estaciones, las experiencias son similares y los sentimientos también. Compartirlo es un acto de generosidad".

Como madre no se arrepiente de nada: "La vida es un aprendizaje continuo y de todas las experiencias se debe extraer una enseñanza. Uno no aprende de los éxitos sino de los fracasos, de las caídas porque aprendes a levantarte y a saber a quién tienes a tu lado, en quién apoyarte. Estoy orgullosa de mi trayectoria honesta en la maternidad y el modo en que he elegido criar a mis hijos".

Desde que la editorial Planeta la llamó para pedirle que escribiera su primer libro, la vida de Lucía Galán "ha cambiado de forma importante. Llevaba una vida apacible con mi trabajo y mi familia y, de repente, cada día me despertaba en hoteles distintos sin saber casi ni dónde estaba. Nos hemos reinventado. Yo y mi familia". Y se metió de lleno en una promoción muy exigente en la que salió a relucir su temperamento batallador: "Empecé a dar conferencias porque me llamaban y descubrí que hacía mucho bien en ellas, la gente se emocionaba, conectaba con las experiencias que les contaba, venían a hablarme y me abrazaban mientras me revelaban experiencias muy íntimas que dejaron en mis manos una responsabilidad preciosa. Todo eso ayudó muchísimo a dar a conocer el libro".

Y ese frenesí de viajes y miradas y palabras y complicidades le ha permitido descubrir "una gran pasión en mi vida: la comunicación. Lo más bonito es el contacto con la gente, conocer cara a cara a los lectores firmando libros, o la lectura de emails con cientos con historias personales... Me siento honrada por esa confianza que depositan en mí sin conocerme. Y la verdad es que me conmueve. He tenido que cambiar mi manera de trabajar, claro, he dejado las guardias que se llevaban buena parte de mi tiempo y de mis energías". Le dicen: "No me conoces de nada pero tengo la sensación de que te conozco de toda la vida y quiero compartirlo contigo. Eso me sigue poniendo los pelos de punta. Se me pasa el tiempo volando en cinco horas de mucha intensidad".

Viajes y conferencias y ferias del libro y radio y prensa... Y televisión en "Saber vivir" de La 1 de TVE: "Es muy divertido, me dejo llevar por el equipo del programa, que es muy colaborador, solo quiere ayudarte. El primer día tenía más nervios, pero en realidad solo explico lo mismo que hago a diario en la consulta. No hay ningún secreto, tienes que abstraerte de que hay miles de personas viéndote, pasártelo bien e esforzar en transmitir bien el mensaje que quieres que llegue a los espectadores".

¿Se puede llevar tanto esfuerzo y sacrificio sin pasión? "No. El secreto del éxito es la constancia y la pasión. Mucha constancia sin pasión está abocada al fracaso. Y poner mucha pasión sin constante no tiene recorrido". Pero tanta intensidad podría pasar factura: "Es inevitable, intento no pensar en ello y dosificarme, decir que no a cosas que van surgiendo. Asumo que esto es una carrera de fondo, no un sprint final. Y no pretendo lucrarme con ello, es una experiencia vital que intentaré que dure lo mas posible y disfrutar con ello. ¿Que se acaba? Yo tengo mi profesión. Mi objetivo número uno es disfrutar"

¿En qué piensa cuando se quedas sola en un hotel de una ciudad extraña? "Me pongo a ver todas las fotos, a recordar las historias de la gente que hizo tres horas de cola, lo afortunada que soy, leo todos los emails... Es un momento en el que me siento vacía desde el punto de vista físico, termino agotada, pero al mismo tiempo me siento llena de cariño y de experiencias. Ojalá tuviera tiempo para escribirlas todas. Hay tanto que contar..."

Los abrazos fortalecen en los momentos de debilidad: "Siempre. Mucho más que los besos. Hay muchos besos que se dan por educación, pero nadie abraza por cortesía. Cuando das un abrazo de más de cinco segundos es que lo sientes y quieres regalar a otras tu energía a la otra persona".

¿Y qué pasa con sus hijos? "Mi prioridad es mi maternidad pero soy consciente de que tengo otras parcelas y no voy a renunciar a ellas. Para compensar el tiempo que les robo bajo las guardias, antes pasaba más noches fuera de casa de las que paso ahora. Y es un tiempo muy intenso".

Las redes sociales siguen siendo importantes: "Soy muy activa. Es la vía de comunicación con la gente, te quieren ahí, te preguntan y muchas veces comparto experiencias personales. Se ha creado una comunidad entre madres y padres: yo lanzo una pregunta y entre ellos se contestan, se dan consejos... Entre ellos resuelven muchas dudas y yo me lo paso pipa".

Es "muy realista. Quien me haya leído un poco sabe que no soy de hablar únicamente de las alegrías y lo maravilloso que es la vida y la maternidad, profundizo en temas complicados y dolorosos. No me preocupa que me idealicen porque cuando me conocen ven cómo soy. Y si no gustas a alguien no pasa nada".

Un héroe de verdad no lleva capa y no es famoso: "Vive su lucha en el anonimato, en la soledad, en la incomprensión muchas veces. No busca el reconocimiento, simplemente lucha por encontrar la luz y la esperanza. Gente de la que deberíamos aprender. En mi libro hay tres familias de héroes de verdad que dicen que soy su ángel de la guarda, pero son ellas los que me enseñaron a disfrutar de la vida, a ser mejor pediatra y mejor persona. Una discapacidad física, otra intelectual y un cáncer infantil. La historia real de estas familias merece ser leída: el proceso, las dificultades, las expectativas truncadas cuando tu hijo no nace como habías soñado...".

A sus hijos les gustaría dejarles como legado "el amor. El más importante. Incondicional. Amor a nuestro trabajo, al mundo en general. Y ser optimistas, luchadores, empáticos. Que sean compasivos, generosos... Todos estos calificativos rondan en torno al amor. Una persona que no da amor no puede ser nada de lo que he dicho. Y yo soy amorosa, luchadora, libre y fiel a mis ideales". El miedo es el peor enemigo de los sueños: "Acaba con todo. Es humano sentirlo. Mandela decía que valiente no es quien no tiene miedo sino quien conquista el miedo. No puedes pretender vivir sin miedo. Es una emoción natural. Pero hay que luchar por superarlo. Y que no nos limite porque impide ser feliz aunque a veces nos proteja".

¿Hay vacuna para los sentimientos de culpa? "Sí. La experiencia. Y el amor propio y la autoestima bien trabajada contra ellos porque son destructivos".

Tantas historias, tantas lágrimas piel con piel: "Pensaba que me iba a inmunizar, pero no, soy una llorona y una sentimental y no pasa nada. Es lo que hay". Es de las que luchan y no deja morir las cosas cuando parece que no tienen remedio: "Cuerpo a cuerpo. A muerte. Hasta el final. Me caigo y me levanto y sigo luchando. No concibo la vida de otra manera".

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