Los videojuegos de grande estudios, que a menudo necesitan vender millones de copias para cuadrar las cuentas, acaparan la atención mediática, pero dan una foto incompleta del escenario del sector. Cada vez son más importantes los títulos independientes, surgidos de pequeños estudios, con presupuestos ajustados y nuevas propuestas creativas y comerciales.

Las plataformas de distribución vía internet y la aparición de smartphones y tabletas están impulsando este fenómeno, que produce cientos de títulos cada año y en el que conviven creadores que buscan saltar al campo comercial y otros que desafían este modelo.

Los videojuegos independientes generalmente son cortos, con más ingenio y diseño que poderío tecnológico o gráfico.

También resultan más asequibles que los tradicionales, ya que el precio de muchos no llega a los diez euros y a menudo se venden en packs con descuento.

Bastion es uno de los que han tenido éxito y tras aparecer inicialmente para ordenador, ha generado versiones para la tienda on line de la Xbox y los gadgets de Apple. Ha sido desarrollado por Supergiant Games, un estudio que pese al nombre tiene sólo nueve trabajadores y ahora está ultimando un nuevo juego, Transistor, con ambientación ciberpunk.

The Witness, en el que hay que explorar una misteriosa isla, es el nuevo trabajo de Jonathan Blow, quien hace años creó en solitario Braid, un clásico de este escenario alternativo.

Full Mojo Rampage, con elementos de vudú, y Deadlight, ambientado en una hecatombe zombie, han sido desarrollados en España en busca del público global. El primero, por Over the Top Games, y el segundo, por Tequila Works.

Thirty Flights of Love (Blendo Games) aúna un argument policiaco con una narrativa y una estética originales.

Little Inferno (Tomorrow Corporation) propone un juego atípico, en el que hay que quemar objetos en una chimenea y esperar la reacción que se produce.

Y Fez (creado por el desarrollador Phil Fish bajo la etiqueta Polytron) presenta a un personaje que vive en dos dimensiones y que gracias a un gorro - de ahí el título - accede al mundo 3D. Ha recibido numerosos galardones y es parte central del filme Indie Game: The Movie, premiado en el Festival de Sundance 2012, y que retrata el emergente universo de los videojuegos independientes.