Germán Lorenzo Fernández, profesor de instituto jubilado. Lo conocen como Gelo, por la fusión de sus dos nombres. Nacido en Luarca hace 69 años, fue profesor de Física y Química en el instituto luarqués hasta su jubilación y es coautor de varios libros sobre la historia local.

Germán Lorenzo Fernández Rodríguez, conocido como Gelo por el apócope de sus dos nombres, tiene 69 años y es profesor jubilado de Física y Química del Instituto de Luarca, donde trabajó 30 años. Es aficionado a la historia y buen conocedor de la de su concejo natal, Valdés. Es coautor de tres libros sobre Luarca. Uno sobre la historia del instituto por su 50.º aniversario y dos más con libros de fotografías antiguas. También es coleccionista de postales y tiene un importante conjunto de estampas de Luarca. Así ve la transformación de Valdés.

El envejecimiento

"En lo que llevamos de siglo XXI el concejo perdió unos 4.000 habitantes. De ellos, la mitad pertenecen al casco urbano de Luarca. Yo creo que esta pérdida es debida, fundamentalmente, a la falta de empleo joven, aunque hay también dos causas que se pueden comentar también al respecto. Una es la mejora de las comunicaciones y la otra el desplome de las industrias familiares".

"Así que tenemos una población envejecida por falta este empleo que solo el sector pesquero, una minoría agraria y los servicios –sobre todo, la hostelería en verano– son capaces de generar. Esa situación obliga a marchar fuera del Principado sobre todo a los jóvenes con estudios universitarios, principalmente a Madrid. Y el personal que está cualificado, el que ya tiene sus estudios de FP en los ciclos formativos de Luarca o de concejos limítrofes, también se ven obligados a marchar ante este inexistente tejido industrial, que solo subsiste en pequeñas empresas familiares o talleres de automoción, en la construcción o en la cooperativa agraria Campoastur. A todos nos gustaría que se implantase aquí una macroempresa que diera mucho trabajo joven, pero aquí de momento lo que hay es el sector servicios. De hecho, uno de los mayores focos de empleos es la residencia de ancianos ABHAL. Y es curioso que tenga que ser el motor, digamos, del empleo joven y cualificado".

Gelo recorre el concejo enorme donde la Autovía del Cantábrico se llevó más de lo que trajo

Adiós al tejido industrial

"No hay en Valdés un tejido industrial y yo lo achaco fundamentalmente a que las empresas que se crearon a principios del siglo XX eran empresas de tipo familiar que no supieron o no pudieron adaptarse a los nuevos cambios tecnológicos. Aquí había grandes empresas, como los astilleros, que tuvieron gran importancia en la construcción de veleros y mercantes del siglo pasado. Pero eran astilleros de madera y no supieron o no fueron capaces de evolucionar hacia la construcción de barcos de hierro, así que se vieron abocados al cierre. Hubo ciertos intentos después de la Guerra Civil, pero no cuajaron. Luego las industrias lácteas que, en otros concejos limítrofes evolucionaron, aquí en cambio, no. Fue lo que ocurrió con empresas como Nestlé o Arias, que luego fue Valdés SAT. Al tratarse de filiales sentadas aquí, pero con su empresa matriz en otros lugares, cerraron al decidir concentrar la producción en otras zonas. Digamos que también el factor suerte influyó en contra del concejo".

"Empresas importantes, como las conserveras de pescado, que llegaron a estar abiertas tres simultáneamente hasta buena parte del siglo XX, generaban mucho empleo estacional. Pero eran de carácter familiar y también se vieron abocadas al cierre, porque estaban sujetas a la materia prima en la lonja local, sobre todo el bocarte destinado a la producción de anchoa, que tuvieron que empezar a buscarlo en caladeros lejanos. Una empresa que también tenía una cierta ocupación, como la metalgráfica Pérez del Río, necesitó un cambio tecnológico y no fue capaz de adaptarse a las nuevas necesidades. Lo mismo le pasó a los aserraderos de madera. Con el tiempo ha ido desapareciendo el tejido industrial".

"Todo eso desapareció y no abrieron grandes empresas a partir de ese momento, porque en el polígono industrial creado el siglo pasado solo se ubicaron allí empresas existentes en el casco urbano. Y solamente la cooperativa Campoastur supo mantener un ritmo de crecimiento económico de empleo, aplicando la innovación y una diversificación sobre todos los productos, abriéndose no solamente a la gente del campo, también al público en general".

Atropellados por el camión

"Luarca, en el siglo pasado, era de alguna forma el centro neurálgico del occidente de Asturias. Era cabecera de comarca y era punto de abastecimiento por mar de los concejos limítrofes. Pero el problema fue que la mejora de las comunicaciones por carretera, al inicio del siglo, provocó un descenso en el tráfico de cabotaje. Fue cuando el comercio local empezó a resentirse notablemente. La competencia del camión, que te dejaba la carga en destino, digamos a pie de casa, independientemente del estado de la mar, hizo que se fueran cerrando paulatinamente muchos negocios, aunque la población seguía sentada aquí porque estaba a tres horas de viaje de Oviedo y Gijón y algo menos de Avilés".

Arriba, una vista de Luarca. Sobre estas líneas, el faro de Busto.

Atropellados por la autovía

"Pero eso también cambió. Es un hecho que la construcción de la Autovía del Cantábrico supuso para Valdés un alivio para los viajeros, que antes tenían que ir por la sinuosa carretera de la costa o por el puerto de La Espina. Pero creo que influyó negativamente en la demografía al posibilitar el desplazamiento diario de muchos trabajadores desde su lugar de residencia hasta su trabajo en Valdés. Eso supuso una pérdida notable de la población".

Los funcionarios flotantes

"Date cuenta que, salvo unas pocas explotaciones agrarias y la pesca, donde están censadas unas 30 embarcaciones y da empleo a unos 100 trabajadores, es el sector servicios es el que mantiene la población del concejo, concentrada sobre todo en la capital. Ten en cuenta que Luarca tiene la Tesorería General de la Seguridad Social, la Agencia Tributaria, el Juzgado de primera instancia e instrucción, Policía Nacional, Guardia Civil, el Conservatorio del Occidente, además del instituto. Tiene centro de día y tres residencias para mayores. Es decir, que, fundamentalmente, son funcionarios o del sector servicios, pero la mayoría reside en otros concejos. La Autovía del Cantábrico no funcionó aquí en sentido inverso".

"El cambio fue brutal, de tardar tres horas a Oviedo por La Espina. Lo recuerdo perfectamente. Eso obligaba a vivir en Luarca a los que querían trabajar en Luarca. En mi última época en el instituto la mayoría de mis compañeros vivían en Oviedo, Gijón o Avilés. Al acabar la jornada laboral, a las 2.30, se iban para su casa. Aquí no vivían. Había un desarraigo total, digamos. Era una cosa impersonal, no estaban vinculados a las actividades de la Villa. Cuando yo estudié en el Instituto de Luarca, en los años 70, todo el profesorado vivía en Luarca porque era impensable hacer tres horas de viaje a la ida y tres horas de viaje a la vuelta. La autovía facilitó mucho la vida desde el punto de vista sanitario de viajes y de gestiones, pero, paradójicamente, nos perjudicó por el despoblamiento que causó. No hubo un sentido inverso de gente que viniese a vivir aquí y trabajase en Oviedo, Gijón o Avilés".

La calidad de vida

"Se trabaja aquí, pero luego la vida está allá. Y ello a pesar de la calidad de vida que disfrutan los residentes en Valdés. Porque aquí se ofrecen no solo atractivos turísticos como estupendas playas, sendas peatonales, el paseo marítimo, el puerto deportivo o el bosque jardín de la Fonte Baixa, o museos como el del calamar gigante, paseos en barco, el Parque de la Vida, el museo etnográfico...

"También dispone de una gran oferta educativa y de ocio y deportiva. Además, hay que tener en cuenta que en Luarca hay instituto de Enseñanza Secundaria y ciclos formativos, hay Escuela Oficial de Idiomas, hay un Conservatorio de Música. Y desde hace dos años tenemos aquí la Universidad para Mayores. Eso en cuanto a oferta educativa. Luego, en cuanto a oferta cultural y de ocio, aquí existen masas corales, banda de música, asociaciones culturales que organizan conferencias, talleres, viajes, asistencias a conciertos, teatro, zarzuela, ópera... Luego hay actividades deportivas, hay polideportivos cubiertos y al aire libre, velódromo, una piscina climatizada, clubes de fútbol, baloncesto, tenis de mesa, gimnasia rítmica, de mantenimiento... Se puede decir que todo esto, aderezado con unas buenas comunicaciones y una gran seguridad ciudadana, podría ser un acicate para que algunas familias pudieran decidir a hacer su vida en Valdés, donde el campo y el mar se muestran de modo natural, se complementan".

Asturianos en Valdés, un recorrido por el municipio Julián Rus

"Este atractivo está por descubrir y pienso que sería el futuro. Desde el punto de vista industrial digamos que sería más bien difícil que se asienten industrias, que prefieren el centro de Asturias, como se está viendo en Amazon. Quizás el futuro sea ofrecer una calidad de vida que invite a residir aquí en Luarca. Porque las comunicaciones son buenas y la calidad de vida es extraordinaria. Lo que no sirve es el catastrofismo, decir que Luarca es muy aburrido y que en Valdés no se puede hacer nada. Eso es totalmente falso. Lo que pasa es que los que no tienen ningún interés en hacer nada son los que lo critican realmente. Ahora, con la autovía, estamos a menos de una hora de Oviedo y de Gijón, y de Avilés a 40 minutos. No hay disculpa. Los que están en Madrid y viven en la plaza de Castilla tardan una hora en ir al centro. Y disfrutan mucho menos y tienen una calidad de vida infinitamente inferior a la que hay aquí".

Urbanismo

"Digamos que en Luarca se hicieron muchos desaguisados urbanísticos en los años 60, se construyeron algunos edificios reñidos con la estética, que no encajan por el entorno, de altura desproporcionada algunos, aunque las normas actuales ya no lo permiten. En el centro urbano, sobre todo en el casco antiguo, en la zona de las plazas, y ocurre también en otras poblaciones, se observan algunos inmuebles en estado bastante ruinoso. Están deshabitados desde mediados del siglo pasado por fallecer sus propietarios, y sus hijos y nietos han tenido que emigrar, por motivos laborales por lo general. Son gente que ya están desarraigados de Luarca. Son edificios que no resultan atractivos para ser utilizados como segunda vivienda y además es difícil encontrar compradores por la gran inversión necesaria para hacerlos habitables manteniendo la estructura y con las comodidades de hoy en día. Tendría que haber alguna normativa que les obligase a mantenerlo y, de hecho, el Ayuntamiento algo está en ello efectivamente".

El campo valdesano

"El despoblamiento de la zona rural es patente en el siglo XX. Predominaban explotaciones agrícolas y ganaderas familiares dependientes de la producción lechera, pero, desde luego, el incremento de los costes de producción no se vio acompañado por un aumento del precio de la leche, lo que abocó al cierre, manteniendo la actividad a duras penas hasta la jubilación de su propietario. Solo subsistieron una minoría, aunque en estos momentos de aumento de los costes de producción, posiblemente generados por la guerra de Ucrania, están obligándolos a sacrificar reses para mantener la rentabilidad. Solo el cultivo de la faba, que tiene mucha fama en esta zona de Valdés, y el maíz para forraje ofrecen una cierta estabilidad".