Oviedo, M. MARTÍNEZ

Ciclogénesis explosiva suena a caos, a destrucción. Quizá por eso en el Instituto de Meteorología Alemán, donde acostumbran a poner nombre a las grandes tormentas, decidieran buscar una forma más dulce, más tierna, para referirse a la tormenta perfecta que ayer por la tarde llegó a Asturias. Y eligieron Cinthia, Xynthia en su alemán original.

Estos nombres no tienen valor o reconocimiento oficial por parte de los organismos meteorológicos nacionales y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), pero sirven para que no sólo los expertos, sino el público en general, recuerde por estos nombres las catástrofes que provocan.

La ciclogénesis es un fenómeno que produce un ciclón de forma muy rápida al colisionar un frente de aire caliente y otro de aire muy frío. El resultado es que en 24 horas se produce un gran descenso de la presión, y se forma un ciclón entre ambos frentes.

Explican los expertos que la ciclogénesis explosiva es una perturbación atmosférica «intensa, profunda y poderosa», precisamente porque la presión que lleva en el centro es muy baja, y cuanto más baja es esa presión, con más fuerza tiene que emplearse el viento para rellenar ese vacío que se produce.

Estas tormentas perfectas tienen un ciclo de vida rápido. Eso significa que si las borrascas atlánticas tienen un ciclo de vida de cinco o seis días, ésta es sólo de 24 horas, desde la madrugada del sábado hasta la del domingo.

La ciclogénesis explosiva que se produjo entre el 24 y el 31 de octubre de 1991 al este de Estados Unidos y el Atlántico Norte inspiró la película «La tormenta perfecta», basada en un hecho real. En aquella ocasión, según los meteorólogos, alcanzó unas dimensiones excepcionales. Hasta el punto de que generó olas y vientos que los expertos llegaron a calificar de «monstruosos».