Oviedo, Raquel L. MURIAS

El Principado retrasó activar la alerta máxima contra incendios en el Principado durante la oleada de fuegos registrada a finales del mes pasado. Entre la última semana de septiembre y la primera de octubre llegó a haber en Asturias 38 fuegos activos, pero el Principado sólo aplicó durante estos días el nivel tres, que permite realizar quemas. Sólo una semana después de originarse las llamas, el Principado aplicó la alerta máxima. Los ecologistas asturianos aseguran que este retraso «es una demostración de incapacidad manifiesta que roza el delito» y concretan que, de haberse establecido la alerta máxima desde el primer día en que se registraron las quemas, se podrían haber evitado muchos fuegos. Además, la Coordinadora Ecologista de Asturias asegura que desde el Principado «se falsearon los índices de riesgo real y se permitieron quemas durante estos días, en los que las condiciones meteorológicas eran favorables a la propagación de las llamas con calor y vientos fuertes».

Concretamente, el pasado día 2, entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde, había activos en Asturias 38 incendios y en las misma franja horaria, el día 3, había 29. A pesar de estos datos, el Principado estableció para los dos días el índice de riesgo 3, que permite realizar quemas.

Sin embargo, si se hubiese declarado el riesgo 4 o 5 durante tres días consecutivos, se activaría de forma automática la alerta, que supone la vigilancia durante 24 horas al día de todos los guardas forestales dependientes de las guarderías de Recursos Autóctonos. La alerta máxima en el Principado, con toda la plantilla de guardas forestales (250 en total) en alerta, supone a las arcas regionales 1.686 euros al día extras. Según un portavoz de los guardas del Principado, «activar la alarma cuando se producen tantos fuegos es imprescindible porque tiene un efecto disuasorio, ya que hay que tener en cuenta que la mayoría de las quemas son intencionadas y al haber guardas presentes en todas las zonas los pirómanos no se atreven a encender más fuegos», concreta. Según explican fuentes de la guardería del Principado, «si la alerta no se puso en marcha antes fue por ahorrar dinero».

La mayoría de las quemas registradas en Asturias desde finales del mes de septiembre hasta hoy se concentró en el oriente de Asturias y en el Suroccidente, seguidos de la zona de las Cuencas. El Principado está dividido en treinta y dos áreas de vigilancia contra incendios, y en cada una de ellas siempre hay un guarda en jornada de ocho de la mañana a tres de la tarde. Cuando se activa la alerta, la vigilancia se refuerza y se pone en marcha un dispositivo en el que los 250 efectivos están disponibles 24 horas. El hecho de que el Principado haya esperado hasta el 4 de este mes para activar la alerta máxima, tras una semana continuada de llamas en Asturias, preocupa a los ecologistas, que aseguran que «está claro que se han falseado los índices de riesgo para no tener que activar la alerta, lo que supone una prevaricación».

Estos recortes en la vigilancia contra incendios van en contra de la solicitud del fiscal de medio ambiente de Asturias, Joaquín de la Riva, que solicitó en varias ocasiones un refuerzo de la vigilancia en las zonas forestales en épocas de incendios. El año pasado, las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BRIPAS) investigaron un total de 224 incendios en el Principado, un 4,5% más que en el año 2009.