Un funcionario del centro de inserción social (CIS) del Centro Penitenciario de Villabona ha sido llamado a declarar por el Juzgado de instrucción número 3 de Oviedo después de que un preso denunciase que organizaba, supuestamente, fiestas de sexo, alcohol y drogas con internas en el citado establecimiento. Las orgías, según el denunciante, se producían por las noches en el centro donde pernoctan los presos con el tercer grado, esto es, los que pueden abandonar la cárcel durante el día para trabajar o asistir a cursos de formación.
Los hechos ya fueron denunciados hace meses por el recluso, primero ante el Juzgado de vigilancia penitenciaria, que derivó el asunto al Juzgado de instrucción número 3 de Oviedo. Será este juzgado el que tome ahora declaración tanto al preso denunciante como al funcionario al que se atribuye la organización de estas fiestas, en las que corría el alcohol y se consumían drogas.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias está al tanto de esta denuncia, puesto que el recluso denunciante fue interrogado, por medio de una videoconferencia, por funcionarios de la Inspección, a quienes contó el asunto con pelos y señales. No consta que se haya expedientado al funcionario, que sigue acudiendo a trabajar al centro penitenciario, según manifestaron ayer otros trabajadores.
Se trata de un nuevo caso que afecta a la prisión de Villabona, que en días pasados volvió a las primeras páginas de los periódicos tras la muerte en extrañas circunstancias de un preso, el tercero en poco menos de cinco meses. Los partidos de la oposición pidieron la dimisión del secretario de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, al considerar que está desmantelando el modelo de las unidades terapéuticas y educativas (UTE), lo que hace que la droga corra por la cárcel "como Pedro por su casa", como indicó en diputado socialista Antonio Trevín en la última comparecencia de la comisión mixta sobre el problema de las drogas.
Yuste se defendió en la citada comisión indicando que el modelo de las UTE no sólo no se está desmantelando, sino que se está reforzando, al tiempo que indicó que no había pruebas de que el último fallecimiento se debiese a una sobredosis y que no le parecía que la droga corriese por Villabona más que en otras épocas. El fallecimiento, el pasado noviembre, de dos presos tras consumir un cóctel de drogas provocó la dimisión del anterior director, Esteban Suárez, y su sustitución por un miembro de su equipo, Luis Fernández.
Caso de Ávila
Las fiestas de sexo, drogas y alcohol denunciadas por el recluso tienen cierto paralelismo con el reciente caso de la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila), donde siete presas denunciaron abusos sexuales por parte de cuatro funcionarios. Los funcionarios calificaron de "venganza" y "montaje" la denuncia de fiestas nocturnas, sexo consentido e incluso a la fuerza, y consumo de hachís y alcohol. Una de las presas, según denunció, se quedó incluso embarazada de uno de los funcionarios. En este caso, las defensas sostuvieron que se estaban ventilando venganzas laborales.
