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El aumento de casos de autismo satura los centros que tratan la enfermedad

La asociación de pacientes Adansi, que asiste a 434 asturianos, tiene lista de espera en casi todos sus servicios: "Estamos desbordados"

Por la izquierda, Aurelio José Álvarez (psiquiatra del Centro de Salud Mental Infanto Juvenil), Ana Rodríguez (psicóloga del CSM Infanto Juvenil), Ignacio Málaga (médico de Neuropediatría), Carmen de la Rosa (presidenta de Adansi), Mónica Fernández (directora de Adansi), Lidia Hevia (orientadora de la Consejería de Educación), María Ángeles Alcedo y Lucía Morán (psicólogas del grupo de investigación sobre discapacidad de la Universidad de Oviedo), ayer, en el aula magna de la Universidad de Oviedo. MIKI LÓPEZ

El aumento de casos de autismo satura los centros que tratan esta enfermedad en Asturias. Así se puso de relieve ayer en Oviedo en una mesa redonda, organizada por la Asociación de Familiares y Personas con Autismo (Adansi), con motivo de su 25 aniversario. El colectivo, que asiste a día de hoy a 434 asturianos -el más joven, de 14 meses-, tiene lista de espera en casi todos sus servicios. Uno de los más básicos, el de diagnóstico y evaluación, acumula hasta tres meses de demora. "Estamos desbordados", aseguró su directora, Mónica Fernández. La psicóloga estuvo acompañada, en la aula magna del edifico histórico de la Universidad de Oviedo, por profesionales del ámbito investigador y sanitario, que insistieron en la necesidad de atender con suficientes recursos la "epidemia" del autismo y ofrecer apoyo a las familias.

A ello se refirió Ignacio Málaga, médico del área de Neuropediatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su unidad atiende a día de hoy a 552 personas con trastorno del espectro del autismo, más conocido como TEA, el 25% de ellos padece Asperger. Estas cifras no han parado de incrementarse en los últimos años, atendiendo a un patrón que se repite en todos los puntos del mundo. De esta forma, si en 1975, esta enfermedad se daba en uno de cada 5.000 ciudadanos, ahora, en uno de cada 10. Málaga habla ya de "epidemia", con el añadido de que se desconocen la mayor parte de las causas que la provocan. "Sabemos que una razón es que la sociedad está más concienciada, otra el aumento de la edad parental... Pero casi el 45% no sabemos a qué se debe", detalló. Esta avalancha de casos obligará a la Administración a realizar un importante desembolso de dinero, que sólo se podrá mitigar, a juicio de Málaga, con el diagnóstico precoz.

Del ámbito sanitario también estuvieron representados en la charla de ayer el psiquiatra Aurelio José Álvarez y la psicóloga Ana Rodríguez, ambos trabajadores de los Centro de Salud Mental Infanto Juvenil. Los dos incidieron en el papel "importantísimo" que juega la familia en el "desarrolla de las capacidades" de sus hijos autistas. Para mejorar su atención, los profesionales pusieron sobre la mesa algunas pautas, como tomar conciencia de sus necesidades, aceptar sus dificultades, ayudarles a comprender su entorno o fomentar el apego seguro. En este sentido, Aurelio José Álvarez invitó a los padres a compartir sus experiencias con otras familias, ya que esos encuentros actúan como "motor" y tienen un "valor terapéutico muy alto".

Y de las casas a los centros escolares. Lidia Hevia García, orientadora de la unidad específica del TEA de la Consejería de Educación, hizo hincapié en la necesidad de que los profesores conozcan el trastorno del autismo y sepan cómo actuar en cada caso. Hevia, que hizo un breve repaso por su departamento, reveló que en la actualidad se atiende a 67 niños de Infantil, 470 de Primaria y 224 de Secundaria de los colegios asturianos, más unos 132 de los centros de Educación Especial. Hevia recogió el discurso de sus compañeros para reiterar la falta de recursos. "Sólo somos dos profesionales y lógicamente no podemos atender a todos los pacientes. Tenemos que priorizar", comentó.

En la conferencia también tuvo un papel protagonista la labor investigadora de la Universidad de Oviedo. Las psicólogas María Ángeles Alcedo y Lucía Morán expusieron los resultados de su último estudio sobre el bienestar de los autistas. En base a una escala de 156 ítems -llamada "Kidslife"- y organizada en ocho dimensiones de calidad de vida, el equipo concluye una mejoría en los enfermos, pero sostiene que "queda mucho trabajo por hacer". En concreto, en sus puntos débiles, que son la inclusión social, las relaciones interpersonales y la autodeterminación. Por ejemplo, el estudio revela que los pacientes no reciben apoyo para cambiar su estado físico, para relacionarse con personas ajenas a su grupo de apoyo, para ponerse la ropa que quieran o para estar solos con amigos.

La directora de Adansi, Mónica Fernández, recordó que los autistas son "personas programadas neurológicamente de una forma diferente", que tienen por tanto dificultades para comunicarse. "Hay que centrar todos los esfuerzos en darles habilidades sociales y herramientas para entender el mundo que les rodea".

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