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Rodiles sufre el mayor deterioro por edificaciones de toda la costa asturiana

El Plan del Litoral del Principado detecta otras quince áreas no urbanas que necesitan un planeamiento especial que ataje su creciente degradación

Playa de Rodiles

El entorno de las playas de Rodiles y de Misiegu, en los aledaños de la ría de Villaviciosa. Esa es la mayor zona no urbana de costa degradada por la edificación de Asturias, con un total de 937.970 metros cuadrados de terrenos en los que se ha generalizado un urbanismo desordenado y donde proliferan las construcciones consideradas incompatibles con una correcta conservación del litoral. Así consta en el Plan Especial de Suelo de Costas, documento que acaba de recibir el visto bueno de la Comisión de Urbanismo del Principado (Cuota) y en el que se detectan otros 16 focos con problemas similares a los de Rodiles, aunque todos ellos de menor extensión, en los que también se considera necesario aplicar un planeamiento urbanístico especial que ataje un preocupante proceso de deterioro. En total, suman una superficie que supera los 1,7 millones de metros cuadrados.

Además de Rodiles, la Administración autonómica propone un planeamiento especial en áreas degradadas por la edificación de las inmediaciones de la playa de Porcía (El Franco) y de Arnao (Castropol); la playa de La Ribeirona (Valdés); los acantilados sobre la playa de Salencia y las proximidades de la Concha de Artedo (Cudillero); la playa de Aguilar (Muros de Nalón); las cercanías de las playas de Monielles, los terrenos ubicados junto al faro de San Juan de Nieva, Puerto Llampero, Bañugues y la península de Antromero (Gozón); Xivares (Carreño); dos puntos de las inmediaciones de la playa de Merón y L´Escañón (Villaviciosa), y La Isla (Colunga).

Entre las actuaciones propuestas para subsanar los problemas en esas zonas están la eliminación o sustitución de los cierres que provocan impactos por otros vegetales, mientras que el caso de los muros de contención se plantea que sean cubiertos mediante taludes de tierra revegetados. También se aboga por el pintado o estucado de edificaciones o la eliminación de determinados elementos de las mismas, con la sustitución de construcciones generadoras de impactos por otras de igual o menor volumen, y sin descartar la expropiación de instalaciones o fincas en situaciones extremas.

Los redactores del plan han detectado a lo largo de toda la costa asturiana casi 700 construcciones que generan un impacto incompatible con el entorno y que no sería reversible en un 90% de los casos. Para aquellas que sí admitan correcciones, se incorporan unas pautas de actuación que permitan convertirlas en aceptables para el litoral. Las entidades restantes mantendrán su uso por regla general, sin que puedan llevarse a cabo obras de ampliación, a excepción de instalaciones agrícolas o ganaderas que cumplan con determinados requisitos fuera de la franja de los 500 metros del suelo de costas.

En todo caso, y pese a su elevado número, la mayor parte de los elementos a los que se les asigna un elevado impacto tiene muy poca entidad. Se trata de construcciones auxiliares y de casetas en su mayor parte. En total, el plan cataloga 3.690 construcciones que se levantan en la franja litoral asturiana y las clasifica en función de su mayor o menor valor cultural y arquitectónico, o por su integración en el entorno. Aquellas edificaciones calificadas como "protegidas" e "integradas", que son las que mejor armonizan con el territorio, sí que son susceptibles de cambiar de uso a otros que guarden relación con el turismo, la artesanía o las dotaciones de servicio. El objetivo es estimular al máximo su conservación.

Entre las principales novedades del plan para el litoral está una nueva categoría destinada a la protección de 29 áreas de alto valor por sus dunas, humedales, vegetación o formaciones geológicas de interés. Todas ellas suman 11,5 millones de metros cuadrados de superficie.

Los humedales señalados son los de la Vega del Eo (Vegadeo), la ensenada de Fabal (Castropol), la ría de Navia, la ría del Nalón, El Charcu (Soto del Barco), la playa de San Balandrán (Avilés), la ría de Villaviciosa, la ría del Sella y la ría de Tinamayor (Ribadedeva). Las playas con dunas de especial protección son las de Penarronda (Castropol), Serantes (Tapia de Casariego), Frexulfe (Navia), Barayo (Navia/Valdés), Bayas (Castrillón), arenal del Espartal (Castrillón), Xagó (Gozón), Verdicio (Gozón) y Vega (Ribadesella), mientras que por su valor geológico se han incluido en el catálogo Punta Aguamía, los bufones de Arenillas, los bufones de Santiuste y Cobijeru (Llanes), y Castru Arenes y Entrepeñes (Ribadesella). Además, la turbera de Dueñas (Cudillero) y la del Cabo Peñas figuran por el interés de su vegetación en un listado del que también forman parte la playa llanisca de Gulpiyuri y la castrillonense isla de Deva.

Entre otros elementos de interés, el plan también contiene estudios sobre la cubierta vegetal de los suelos, con el objetivo de localizar y defender aquellas comunidades vegetales de interés sobresaliente, así como un análisis de la capacidad agrológica de los mismos. Alcanzan el 11% de la superficie total.

Fuentes de la Consejería de Infraestructuras del Principado subrayan que las medidas previstas en el plan de costas "consolidarán la posición de Asturias a la vanguardia de la protección del litoral". Tras recibir el visto bueno de la Comisión de Urbanismo, el documento será publicado en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) en breve.

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